viernes, 25 de noviembre de 2011

¿No te parece mucho Mauricio?

Primero fue Raúl Timerman, después Cristina y su gabinete en masa… ¡hasta Susana Gimenez! ¡Antonio Domingo Bussi dicen!! ¿Acaso es esperar peras del olmo que Mauricio Macri se decida a renunciar que se deje de subsidiar su letargo a la cabeza de la jefatura de Gobierno de Buenos Aires?

En 1880, el entonces Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires, Carlos Tejedor (mitrista él) pronuncia un discurso donde llama peyorativamente “huéspedes” a las autoridades nacionales que residían en la ciudad de Buenos Aires. ¡Huéspedes de acá! Bramó Avellaneda desde Belgrano y sancionó la Ley 1029, federalizando la ciudad, no sin antes darse el gusto de mandarlo a Roca a cepillarse a Tejedor, a Mitre y a quien se le cruzase, terminando la disputa que había comenzado en 1853 sobre la localización de la Capital.



Desde entonces, y hasta 1994, Buenos Aires fue casi como un Territorio Nacional más (como lo fueron todos los territorios que pertenecen hoy a la Argentina que no integraban ni la Gobernación de Buenos Aires ni ninguno de los “13 Ranchos Federales”), bajo la injerencia directa de los Poderes Nacionales y sus delegados, designados a efectos administrativos sobre el territorio.

La reforma Constitucional de 1994 reconoció a la Capital Federal rango de “ciudad autónoma”, reconociendo a sus habitantes la posibilidad de elegir a su intendente (bajo el pomposo e innovador título de Jefe de Gobierno) y dictar su propia Carta Orgánica Municipal. Así nació de esta “provincia sui generis”, que comenzó a gatear con la sanción de la Ley 24.588 (Ley Cafiero - 1995), y caminó sueltita de la mano en el ’96, cuando sancionó su propia Constitución y eligió a Fernando De La Rúa. Pero a 16 años de ese entonces, aún no terminamos el proceso de destete.

Desde la creación del Virreynato, se abrió un proceso concentración poblacional y económica al que contribuyó eficazmente la residencia del poder estatal, concentrando también servicios públicos de toda índole. El centralismo porteño, derrotado bélicamente, logró de todos modos consolidarse en todas las esferas de la vida nacional, dando lugar al extendido dicho provinciano “Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires”.


Desde la perspectiva de que Buenos Aires era la residencia del Gobierno Nacional se puede fácilmente comprender el enorme flujo de dinero que, desde el interior del país, colaboró a que allí se radiquen los mejores centros de atención de la salud, converjan la casi totalidad de las líneas férreas, se instale la única red de transporte público subterráneo, se cuente con la primera red de gas, se concentren buena parte de las casas de altos estudios, se constituya una Meca artística y cultural: todos poníamos porque, de un modo u otro y más allá de las distancias, toda esa modernidad nos pertenecía, era patrimonio común de todos los argentinos. Es el beneficio con el cual los del interior, en cierta forma, compensábamos a los porteños por el cercenamiento de sus derechos políticos, después de todo, si hasta a su intendente lo elegíamos todos indirectamente.

Claro que esta (defectuosa) lógica se rompe en 1994 con la autonomía. Desde entonces el sentimiento dominante es que los habitantes del interior estamos subvencionando a ciudadanos que tienen acceso a una calidad de vida que nos supera ampliamente. El sentimiento es otro, decía, ya que el Gobierno Nacional no es más el huésped de Carlos Tejedor, parece ser el inquilino de Mauricio Macri, quien persiste en hacernos pagar un alquiler altísimo.



En Capital Federal vive menos del 15% de la población total del país, en el 0,0073% de su territorio, con un ingreso per cápita casi 4 veces superior que la media nacional, careciendo absolutamente de recursos naturales y capacidad industrial limitadísima, factura ¼ del PBI total. Sin embargo se absorbe allí más del 53% del dinero que el Gobierno Nacional destina a subsidios. Algo huele a inequidad.

Pero nada mas alejado a la intención de este post reavivar viejas inquinas entre provincianos y porteños. Nada de eso. Sólo intento serruchar la plataforma de argucias que vengo escuchando desde la jefatura de gobierno capitalina, que vienen repitiéndose desde que se pretendió impúdicamente que se traspase la jefatura y la infraestructura de buena porción de la Policía Federal, para beneficio exclusivo de la seguridad de la ciudad, pero que sigámosla pagando todos los argentinos por igual. O desde cuando se empezó a putear porque los hospitales porteños se llenan de provincianos a costilla del gobierno porteño, omitiéndose que 12 de esos hospitales se construyeron con dinero de la Nación y se transfirió la infraestructura sin un peso a cambio.



Hoy la historia se repite con los subtes. La administración de Macri no sólo pretende que la Nación le regale un capital de 60 km. de vías subterráneas y cientos de vagones y máquinas solventadas por el Estado Nacional desde 1913, al que sólo desde 2003 todos los argentinos aportamos 1.700 millones de Pesos en mejoras con más 2800 millones más en obras en ejecución, con más seguir poniendo 350 millones en subsidios por un año, sino que además pretende eludir las obligaciones que les competen desde 1994 como poder administrador autónomo; que todos los argentinos sigamos subsidiándolo hasta 2017 (a razón de 710 millones por año, unos $ 4.260.000.000 más) y que el Estado Nacional le avale deuda nueva por 1000 millones de dólares más para futuras mejoras. No sé si está bien que a caballo regalado no se le miren los dientes, pero pretender que aparte de recibir el caballo, te lo alimenten, te paguen el vareador, el veterinario y el transporte hasta el hipódromo, con garantía del premio a ganador en la 5ta., me parece excesivo.

la chancha...


y los veinte...

Rebela la lógica Macrista de mantenimiento del privilegio, rebela desde una perspectiva histórica y rebela desde tener que ser testigo de una chantada cínica. Rebela ser consciente que los que tenemos menos subsidiamos a los que tienen todo, pero más rebela que impúdicamente un “niño bien” nos bicicletee para seguir metiéndonos la mano en el bolsillo.







lunes, 21 de noviembre de 2011

Calma Radicales...

Ustedes se preguntarán que hacía yo en la Convención Radical. Bueno, puedo explicarlo como el resultado de un cóctel de casualidades y curiosidad. 

Resulta ser que soy homónimo de un primo segundo de mi abuelo, único afiliado radical que se registra en los anales familiares, fallecido trágicamente al intentar unirse a la Rebelión de los hermanos Kénnedy, allá por 1932. La desactualización de los padrones partidarios y la falta de renovación dirigencial, posibilitó que llegara a mis manos una invitación, y una cuota nada despreciable de curiosidad y perversión me impulsó a estar presente en el acontecimiento, para poder redactar la crónica que ahora comparto. 



Todo comenzó en un tono acorde al acontecimiento, el Presidente de la Convención, Dr. Hipólito Solari Yrigoyen abrió formalmente la sesión resaltando el espíritu de participación que se respiraba en el ambiente, subrayando especialmente el esfuerzo de los 48 convencionales que asistieron en sendas unidades de terapia intensiva móviles, y solicitando amablemente a los de las primeras filas que se quiten las galeras, bombines y chisteras para que los de atrás puedan ver. 

Seguidamente se homenajeó a la Dra. Florentina Gomez Miranda con un respetuoso y riguroso minuto de silencio. Acto seguido se procedió a despertar a los concurrentes para aplaudir y darle continuidad a la reunión, no sin antes pedir amablemente se retiren los 8 congresales pertenecientes a la línea UCR Junta Renovadora que habían gritado “¡VIVA PERON, CARAJO!” recordándoles que habían sido expulsados en 1946. En medio de gestos vehementes de reprobación a la medida, se retiraron también los 12 delegados frondizistas, en solidaridad con los expulsados. 

Vueltas las cosas a su carril normal, y ya ubicadas las galeras y chisteras en los percheros dispuestos a tal fin, hizo uso de la palabra el Dr. Ernesto Sanz, pero su diatriba se perdió por una canaleta de abucheos y rechiflas de tal magnitud que lograron despertar sobresaltado al Dr. Fernando de la Rua y a otros dos integrantes del cónclave que reposaban allí desde la Convención de 1999. A pesar de ello se escuchó al mendocino exhortar: “Hemos saneado las finanzas partidarias”, agradeciendo las generosas contribuciones de Grupo Clarín, Goldman Sachs, la embajada norteamericana, Cargil, Monsanto, SRA, CRA, al Colo De Narvaez, entre otros desinteresados contribuyentes. “No se trata de negar una derrota pero tampoco encerrarnos en un círculo vicioso como si en vez de un partido de gobierno fuéramos sólo una mera maquinaria electoral”. En ese momento se notó un cambio de actitud, dividiéndose la concurrencia entre los que lanzaron sonoras carcajadas nerviosas y los que comenzaron a llorar desconsoladamente. 

“¡Hay que reformar la Carta Partidaria!” Proponían varios correligionarios. “¡Sí!” Gritaban esfervorizadas feministas “¡hay que incluir el voto femenino sin necesidad de autorización por escrito del marido!”. “¡Erradiquemos definitivamente el poder de veto de Jorge VI sobre las decisiones del Congreso!” clamaban los más audaces. “¡Revisemos la calidad de Convencional vitalicio de Spruille Braden!”, fue desechado por amplia mayoría y “devuélvanle el saco de Raúl a Ricardito” fue considerado una propuesta improcedente. 

Audaz ingreso de la JR

Fue cuando hizo su ingreso la columna de la Juventud Radical, encabezada por los Dres. Changui Cáceres, Raúl Campero y Federico Storani. “Es la renovación, estúpido” rezaban los carteles que portaban y alegaban, entre cánticos y batucadas, “Venimos a ponerle mística a un partido que viene dormido desde hace bastante tiempo”, logrando impedir que los convencionales mocionaran retirarse a dormir la siesta y el Congreso se suspendiera hasta las 17:30. 

Momento de tensión en el debate
Hay que reconocer que hubo severas autocríticas: el Dr. Moreau autocriticó a los Dres. Sanz, Morales y Aguad porque “Hace años perdimos el liderazgo del partido ante una conducción boba que terminó adjurando los principios básicos de la UCR” dando cuenta de una situación que se venía comentando en los pasillos desde 1922 cuando los antipersonalistas logran instalar la candidatura del Dr, Marcelo Torcuato de Alvear. Concluyó denunciando que se acabó el tiempo en que se puede hacer política con el cuero del Dr. Raúl Alfonsín (el Dr. Ricardito se puso un poco colorado cuando recibió un rotundo "¡TAMPOCO!" como respuesta a su tímida pregunta "¿y con el saco sí?"). 

A su vez, el Dr. Morales autocriticó al Dr. Moreau por haber sacado el 2% de los votos en 2003… fue el momento en que cometí un error que casi descubre mi identidad. Mientras los jóvenes doctores radicales arrojaban tarteletas de ricota (que inicialmente fueron confundidas con boinitas blancas), me acerqué a un carrito de choripanes cuyo apesadumbrado propietario estaba a punto de cerrar por falta de ventas. Inconscientemente produje una reacción de desconfianza entre los que percibieron el detalle, por lo que me volvieron a solicitar la credencial. Dudando, el guardián sólo atinó a comentar, acomodándose el monóculo, “que bien se conserva doctor…” y me dejaron reingresar al recinto de las deliberaciones, pero conminándome a terminar el chori afuera. 

Cuando volví, encontré usando el micrófono al Dr. Alfonsín (h), quien hasta ese momento no había logrado que le devuelvan el saco, en cambio parece que sí se hizo cargo del sayo del fracaso electoral, “pero sólo el del 23 de octubre pasado”, aclaró. 

Un lider...

Las horas pasaban y parecía que la reformulación de la Carta Orgánica quedaría para otro momento, si embargo, la mayoría de los convencionales se hicieron eco de la necesidad de realizar manifestaciones que modernicen la política del partido, y lo ubiquen en una perspectiva más actualizada. Bajo esta consigna, consensuaron algunas importantes resoluciones partidarias: 

1) Saludar la liberación del reinado de Kuwait de la opresión del Tirano Prófugo Saddam Husseim; 

2) Felicitar a José Luis Rodriguez Zapatero por su reciente triunfo en las elecciones españolas, lo que demuestra que la social democracia europea se mantiene viva, y con renovado ímpetu aflora como fuerza inspiradora para los partidos democráticos de América Latina; 

3) Ratificar la expulsión de la Unión Cívica Radical de los Dres. Oscar Alende, Arturo Frondizi y Tomás Guido. Iniciar una investigación sumaria para investigar supuestas graves y reiteradas inconductas partidarias incurridas por el Dr. Carlos Raimundi; 

4) Reconocer el triunfo electoral de Cristina Fernández de Kirchner del 28 de octubre de 2007, augurándole éxitos en su mandato y recomendando a los legisladores que representan al radicalismo acompañen críticamente la gestión de gobierno hasta el 10 de diciembre de 2011, aportando al engrandecimiento de la patria y a políticas de inclusión social que no se vayan por la canaleta del juego y de la droga, y no cediendo a la presión de aquellas corporaciones que no colaboren al saneamiento de las finanzas partidarias; 

Agotado por la dinámica, a esta altura de la sesión me retiré, aprovechando el cuarto intermedio que se instrumentó para dormir una siesta de 11 a 15. De 2011 a 2015, digo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

La gente dice en la calle ¿se viene el ajustaje?

A ver que dicen los diarios hoy...

¿Pero cómo? La Shegua nos va a azotar con un tarifazo del 150% como al barrer... la puta, hubiese votado a Altamira que iba a hacer pagar la crisis y el ajuste a los capitalistas... Era cierto nomás, esta es como las palomas de iglesia, se caga en los fieles... Menos mal que no la voté. Esto en los países serios no pasa, ahí se les saca los subsidios a los haraganes que no quieren trabajar, no a la gente de provecho como uno... Ah! llamame a la oficina y decile a mi secretaria que hoy tampoco puedo ir, que le diga al plomero que pase a cobrar mañana... o mejor la semana que viene que me dan la chequera con los diferidos.

A ver este otro.


A no pará... no es que va a aumentar el gas, el agua y la luz, es que no nos van a subsidiar más la tarifa. Bueno sí, pero en definitiva, vamos a tener que pagar 3 o 4 veces más dice acá... Habrá que decirle a la Ramona que nos cocine en su casa. Che, y a ver si apagan esa estufa de mierda que ya casi estamos en verano... y se dejan de joder con bañar el perro con agua caliente. Mirá que arrancaron por los cajetiyas y después nos cepillan a los demás... ¡VIENEN POR TODO!
Pará... a ver que dice acá chiquito... Aaaah, si vos no podés pagar te siguen subsidiando... ¡Pero si serán hijunagranputa! ¡te van a escrachar por internet!!! que van a decir los vecinos... ¿y los culo fruncido de los suegros de la nena? Ma sí, les decimos que nosotros vamos a pedir que nos sigan dando el subsidio por una cuestión de principios, para no tener que poner plata para que estos sigan manteniendo negros de mierda...


A ver esos más zurditos...


Pero como... acá dice otra cosa... tenía razón Altamira, se están trosquizando... menos mal que no lo voté. Tanto hablaron y tenía razón la Mirta nomás "se viene el zurdaje"... Empresas de combustibles, aceites para exportación y agroquímicos... los cajetiyas... y nosotros si queremos...  y después van a ver. Decile a Ramona que por ahora puede seguir cocinándonos acá nomás pero que ni sueñe que le vamos a dar el aumento. Apaguen de una vez la estufa y con lo del perro no transo...


Me queda este otro....


Ahhh pará pará. Las empresas son 40 y los afectados por ahora son 252 mil cajetiyas... tan contados y todo.  Mirá hagamos esto, llamala a la culoempolvado de tu consuegra y decile que vamos juntos a hacer la declaración jurada... total a esos ya lo escracharon el otro día en el campo de polo. 

Y decile al quiosquero que no me traiga más esos dos diarios del orto que no estoy para seguir pagando para que me amarguen la mañana... claro, ¿cuáles van a ser? el Página y el Tiempo... No, no, mejor decile que estamos ajustando gastos por lo de los subsidios ¿viste?




miércoles, 16 de noviembre de 2011

¡BARBAROS..! Con Lanata NO!

Ernestino TNnbaum dice que esperó 6 días para escribir esto en la revista “Ultra-K” Veintitrés. 

En esos 6 días Cristina, después de su descollante discurso, se reunió con Obana en el marco del G-20; a Macri se le derrumbó otro edificio con muerto incluido; asesinaron al Comandante Alfonso Cano; Cavenaghi hizo 4 goles en un partido; se llevó a cabo la XX Marcha del Orgullo Gay en Bs. As.; el gobierno se sentó con la UIA a discutir los subsidios a las empresas privadas; los uruguayos se pusieron como locos porque Sarkozy los acusó de ser un paraíso fiscal; el Sandinista Daniel Ortega arrasó en las elecciones en Nicaragua; Macri piensa en triplicar la tarifa del subte; YPF descubre en Loma de la Lata el yacimiento petrolífero más importante en el país; se terminó la era Bergoglio; los eurotecnócratas se llevaron puesto al Papandreu, y a sus intentos de formar un gobierno de coalición y de llevar adelante un plesbiscito; Berlusconi niega que va a renunciar y después promete renunciar; Cristina inauguró una Universidad en Ezeiza; volvió la Virgen de Guadalupe a la cancha de Colón; el surfista Garret Macnamara bate el record cabalgando una ola de 27 metros… 


Como todos sabemos, Lanata dice haber sido agredido verbalmente y tosqueado desde un edificio mientras daba una conferencia en el patio de la Universidad de Palermo. Una semana después, para TNnbaum parece ser el acontecimiento más relevante del período, tan importante que exige una declaración oficial de repudio, si es posible de la propia boca de la Presidenta. 



No entraré en ironías respecto a la escala sobre la relevancia de las noticias del autor, ni voy a entrar en detalles sobre el chiquero que arma Ernestino tirando y mezclando imputaciones a tontas y locas para darle un marco de mayor espectacularidad y dramatismo a lo supuestamente acontecido a su ex mentor, un marco que pretende justificar por que un periodista de su trayectoria, inteligencia y abultados honorarios destine una columna semanal a un suceso que no supera el mote de anecdótico. En cambio, sí, me voy a atrever a perpetrar dos de los pecados capitales que denuncia TNnbaum como posible actitud frente al “aberrante hecho”. Voy a confesarme como uno de los que piensa correcta estas 2 actitudes: “4) Se puntualiza que el agredido es un provocador y que sus opiniones son tan violentas como la reacción que recibió. Opinar distinto, aun con agresividad, es lo mismo –en este caso– que apelar a la violencia física contra quien opina. 5) Y, finalmente, se destaca que el agredido es un reverendo canalla, durante largos minutos. Con eso, ya no importa absolutamente nada el episodio, ni la reacción a él. Lo que importa es que el tipo es un hijo de puta.” Me cachaste TNnbaum… yo soy uno de esos, y lo digo acá, pero sin cinismo ni hipocresía. 



¿Cómo no me voy a sentir agraviado por un tipo que usa la mentira como mecanismo permanente para golpear a quienes piensan como yo? Si por el hecho de concurrir a actos oficialistas me acusa genéricamente de hacerlo por el chori y el tetra, o por el hecho de “ser K” y tener un blog me cosifica y masifica sin más como “a sueldo” de un Gobierno ¿por que yo no me puedo ofender y él sí está legitimado para hacerlo cuando le dicen “Gordo de Clarín” o “a vos te manda Magneto”?. ¿Cómo no me voy a sentir sujeto pasivo de su agresión? ¿cómo no me voy a sentir vituperado por su sanata canallesca, por su pérfida inquina? Porque no jodamos, Lanata no es un crítico de las políticas de este gobierno, no viene de buena leche a “opinar distinto” en un franco y distendido debate democrático y constructivo. Lanata tampoco es el carnicero de mi barrio con quien discuto gratuitamente, ni otro político que se para sobre sus convicciones para ofrecerme una alternativa. Lanata ha hecho su medio de vida de calumniar y provocar, ávido de ganar la audiencia, la lisonja y el aplauso de los sectores de poder más concentrados de nuestro país, y (si le da el cuero) del mundo. 

¿Si mi importa el episodio? No, realmente, no. Ni siquiera estoy seguro de que haya sucedido, o que no haya sido magnificado. Porque seamos claros, a los tipos como Lanata no les gusta parecer agresores, claman por que acontezca algún milagro que les permita victimizarse, parecer los débiles como Clarín. Lanata debe llorar todas las noches el dolor de no haber estado en los pantalones de Alejandro Grahan la noche en que recibió la formidable piña de Luis D’Elía. Lanata tiene a disposición de su florida verba al Multimedios Clarín, a la cadena Prisa, a Ted Turner, a La Nación y a Perfil, y a través de ellos se mete en nuestras casas e insulta nuestra inteligencia y nuestras convicciones. Otros sólo cuentan con la suerte de tenerlo cerca una vez y gritarles desde un balcón que piensan que es un mercenario. 



Por supuesto que TNnbaum piensa que esa metodología es incivilizada, que está fuera de los cánones de etiqueta que imperan sobre la libertad de expresión, que admite sí que se putee y se trate de fascista a un gobierno democrático y popular desde los foros televisados, pero que ve con asco la barbarie de señalar a un periodista desde un balcón o desde un cartel. Debe ser por aplicación de la misma lógica que sostiene que un bombardeo con aviones no tripulados sobre una población civil es un hecho de guerra, y una cascoteadora intifada es un acto terrorista. 

Y dejémonos de boludear… nadie atacó a la libertad de expresión ni inició la persecución a los periodistas que se dicen independientes (pero son militantes de las causas inconfesables), solamente 2 o 3 locos le gritaron a Lanata que pensaban que era un impostor mercenario (menos amablemente, claro), lo mismo que nosotros pensamos y lo mismo que TNnbaum sabe a ciencia cierta que es. 

Y discúlpenme, pero a las piedras, para creer, quisiera haberlas visto caer.




domingo, 13 de noviembre de 2011

El republicanismo, en la Eurozona y acá. Otra vez.

Siguiendo la línea de pensamiento de los dos post anteriores, no debiera sorprendernos leer que, en medio de una crisis política, el Presidente del Concejo Europeo Hernán Van Rompuy diga Italia necesita reformas, no elecciones (¿no suena a “las urnas están bien guardadas?), a contramano de lo que piensa todo el arco político de la península, tras la renuncia de Silvio Berlusconi. Como tampoco debiera sorprendernos que desde la prensa se insista en instalar que el número puesto para suplantar al Cavallieri sea el ex Comisario Europeo Mario Monti, un burócrata salido de las entrañas de la organización supranacional, que exhibe como principal virtud ser ajeno a la política, también a contramano de lo que piensa todo el arco político de la península. 



La fórmula griega de crisis se repite, la UE no se contenta con imponer los planes de ajuste, sino que también impone tecnócratas de su confianza para administrarlos. Eso sí, las instituciones de la República, perpetrado el vaciamiento de poder, tienen garantizado su formal e inocuo funcionamiento. 

Para quien lo quiera ver así, este tipo de maniobras suenan a una vuelta de rosca más para alejar de las decisiones populares (democráticas) el manejo de los resortes de la economía en la eurozona, utilizando las instituciones estatales de la república como valla de contención. Los hasta ahora confiables representantes del pueblo parecen también haber caído en desgracia. 

¿Por qué esta afirmación respecto a la denominada clase política? Pues miremos el panorama del viejo continente en 2005, época en que se pretendía aprobar la Constitución Europea. 



El instrumento fundacional del organismo supraestatal que se pretendía crear contenía renuncias explícitas a aspectos de la soberanía de sus miembros (vg. Política aduanera, política monetaria, normas de competencia del mercado europeo interior y de comercio exterior, tranfiriéndose incluso la coordinación de políticas sociales y de empleo arts. I-13 y I-15). 

Obviamente, cada Estado miembro tenía previsto mecanismos institucionales para operar semejante mengua de su soberanía, algunos mediante meros acuerdos parlamentarios, otros mediante la consulta popular. Según lo demuestra el mapa y el cuadro que siguen, no existió inconvenientes en los países donde el mecanismo era reservado a los parlamentos. 

Pero si de consultar al pueblo se trataba, las aspiraciones de crear la nueva Santa Confederación europea, empezó a encontrar un escollo significativo. Las primeras hurras se dieron en España, donde el 76,73% de los consultados apoyaron la iniciativa. Pero hubo una señal de alerta: sólo participó el 42% de los empadronados ( y casi el 7% de los participantes anuló el voto o votó en blanco), a pesar de que los 2 partidos mayoritarios (PSOE y PP, entre otros) impulsaban activamente el voto de adhesión. La situación se repitió sólo en Luxerburgo (56,52% a 43,48%). 

Con porcentajes de participación considerablemente mayores, los franceses dijeron NON (54,68%), y los holandeses y los irlandeses no se como lo dijeron, pero también rechazaron la propuesta (61,5% y 53,4% respectivamente, aclarando que los irlandeses estuvieron más aún a la defensiva porque lo que rechazaron fue una reforma de su constitución para posibilitar el intento de incorporación). 

Aún faltan los referéndum de Inglaterra, Portugal, Polonia, Dinamarca, la República Checa y el polaco definitivo… todos fueron suspendidos sine die. 

Por ese entonces ya se evidenciaba una profunda desconfianza del pueblo europeo hacia su clase dirigente… y viceversa (tal como se puede leer acá), lo que resultaba razonable en vista de los disímiles resultados que arrojaban las urnas y los parlamentos respecto a la cuestión. Probablemente por ese entonces se haya naturalizado en la política el apotegma chichegelbrumista: no dejes que el electorado te niegue hacer lo que piensas hacer en nombre del electorado

Con la voluntad popular en el freezer, el Consejo de la Unión Europa (órgano colegislador de la comunidad, integrado por los Ministros de sus miembros) siguió avanzando sobre los Estados hasta el punto en que nos encontramos hoy en día. 

Mal que les pese a los europeos, la instancia de decisión de los asuntos cruciales se encuentra cada día más lejos del alcance de la voluntad popular. La complejización de los mecanismos de integración ha ido otorgando poder a personas con mandatos irrepresentativas, es decir, no derivados directamente de la voluntad popular sino de actos de decisión del gobernante. Si bien podría pensarse que ello implica un resguardo especial para los ejecutivos nacionales (quienes designan a los ministros), los acontecimientos de Grecia e Italia indican lo contrario: los máximos detentadores del poder político nacional, e incluso los parlamentos, también pueden terminar fagocitados por la maquinaria europeísta. 

No debe resultar sorprendente, entonces, que un buen sector de la intelectualidad argentina (tradicionalmente inspirada en los vientos que soplan desde la culta Europa), se ensañen desembozadamente en desvalorizar el Poder emanado de la voluntad popular. La complejidad de la materia a la que alude Sarlo como justificativo a una no injerencia del pueblo en cuestiones financieras, guarda un cercano parentesco con la afirmación sobre la “escasa calidad del voto” enarbolado brutalmente por Pino Solanas, con la decisión de “resistir el régimen” de Carrió e incluso con el menosprecio con que desde las filas troskistas se mira el resultado del 23/10; y todos, quizás, se inspiren en esta nueva versión del Despotismo Ilustrado. Quizás por eso mismo, después del debacle de 2001, pocos levantaron la voz mientras Duhalde “garantizaba la supervivencia de las instituciones de la República” metiendo mano en profundidad para salvar a bancos y corporaciones, pero se negaba a llamar a elecciones. 

Por supuesto, no comprenden que las nutridas filas de indignados de toda índole que van poblando las calles y plazas europeas, están porque allí buscando aquello de lo que se los privó al depreciarse el contenido de su voto en resguardo de la supervivencia de los poderes financieros.




jueves, 10 de noviembre de 2011

El republicanismo, en la Eurozona y acá.

Tras haberse fregado mutuamente durante un siglo y medio (1806-1815 durante las guerras napoleónicas, 1870 guerra franco prusiana, 1914-18 I Guerra y 1939-45 II Guerra), parece ser que franceses y alemanes han encontrado por fin la fórmula de la paz: entretenerse en reventar conjunta y armoniosamente a otros estados europeos.



El marco de la tan soñada hermandad de la Eurozona, teñida por la concepción neoliberal, se ha transformado en un campo minado para las economías nacionales, fructificando en un pensamiento único que no ha tenido problemas en fagocitarse a las opciones socialdemócratas, así como a la postre de la caída del Muro domesticó en reformismos a los partidos marxistas-leninistas, complementando un proceso de 30 años de derechización y de renuncia del Estado a regular los díscolos avatares de la economía en general y de las finanzas en particular.



Con distintos mecanismos se arriba a un mismo fin: no ya se exige juramento de lealtad y pleitesía absoluta al modelo imperante, sino que la relación de vasallaje exige acciones eficaces, e incluso el sacrificio de los leales y confesos artífices cuando cuadre.  

Por supuesto que es complejo, como dice Sarlo, comprender el intrincado mecanismo de las finanzas internacionales, pero es necesario recaer en un grado de estupidez de proporciones bíblicas  para no advertir las consecuencias: los gobiernos protagonistas de la Eurozona se empeñan disciplinadamente en el rescate de las mismas entidades financieras que produjeron la debacle por sus juegos especulativos, cargando sobre las espaldas de los pueblos la obligación de evitar el rojo de los bancos. En cuestión de meses, tal actitud se llevó puesto a 3 gobiernos, sin admitir la incidencia de ninguna forma de participación popular ni democrática.



El ajuste exigido a Grecia es de un salvajismo de tal magnitud que para instrumentarse no dudó en derivar en la prohibición lisa y llana de realizar una consulta popular. El socialdemócrata Giorgios Papandreu se transformó en un personaje no confiable, y por ende, un obstáculo merecedor de ser removido y reemplazado por una figura “del palo”, un tecnócrata como Lucas Papademus, cuyo actual cargo como Vicepresidente del Banco Central Europeo, augura un desempeño más propio de un Virrey que de un Primer Ministro. Burlar la soberanía popular representa para Grecia 8.000 millones de euros frescos que irán a parar a las arcas de los autores de su desgracia.

Rodriguez Zapatero también fue víctima de la especulación financiera traducida en burbuja inmobiliaria durante el gobierno de Aznar. Su renuncia a los principios que enarbolara históricamente el partido que lo llevó al gobierno fue el caldo de cultivo para la explosión indignada y el adelantamiento de las elecciones. Lamentablemente, la falta de articulación política del movimiento del 15-M y el desconcierto ante este fenómeno en el que parece estar sumida la izquierda real, sólo auguran el retorno del PP al gobierno. Una opción amigable a las corporaciones que detentan el poder permanente en España, incluidas, por supuesto, la mediática y la financiera.



El caso de Berlusconi es el más patético desde una perspectiva simbólica. Lo que no pudieron la oposición política, los escándalos sexuales, las denuncias de corrupción, su espectacular machismo, pareciera haber sido logrado por un cómplice cruce de sonrisas entre Angela Merkel y  Nicolás Sarcozy, una inapelable bajada de pulgar al estilo circense romano. El desairado Silvio cumple su último mandato de remitir al parlamento el Plan de Ajuste “aconsejado” por la UE y, esta vez sí, se sumerge en la cavilación de a cuál de sus 20 casas deberá irse a llorar su despecho.

Como podemos apreciar, la UE ha logrado por el momento conjurar la amenaza de que se repitan episodios como el Islandés, donde por 2 veces el pueblo adjuró de los esquemas de justificación de la rapiña y se negó a indemnizar el supuesto daño sufrido por los piratas especuladores. Los mentirosos “salvatajes” y el chantaje a los Estados, parece que siguen blindando a Europa contra experiencias “populistas” como las que disfrutan sus ex colonias latinoamericanas.  
  
Esto me trae a poner sobre el tapete el discurso republicanista, supuesto defensor a rajatabla de las instituciones, al que es tan afecto la oposición vernácula.



Cómo podemos apreciar, los enjuagues europeos destinados explícitamente al salvataje de la banca especuladora han sido prolijamente pergeñados dentro del marco institucional de cada país. Dentro de ese marco se han removido Jefes de Estado “molestos” para el avance de los planes, y dentro de ese marco se los sustituye por otros más “amigables” o más eficientes. Eso sí, tal como lo justifica Sarlo, nunca se repite el error de permitir que en el proceso intervenga la voluntad popular de modo directo, la imposición de los intereses de los especuladores se reduce a golpes palaciegos suceptibles de ser escudados, explicados o ocultados por una cobertura mediática adecuada que omita toda mención a la flagrante violación al principio de autodeterminación de los pueblos (por supuesto que estos “civilizados” requisitos son sólo exigibles en el ámbito de la moderna Europa. En Africa o Asia alcanza con los bombardeos y las invasiones).

Estos hechos me llevan a preguntarme cuál es el rol que las sacrosantas Instituciones deben cumplir. ¿debieran ser la manifestación organizada de la soberanía popular, pensadas para canalizar el “interés general” evitando el abuso y la desviación de poder de los representantes? ¿o se pretende sean una especie de colchón que amortigua el impacto de las decisiones del soberano para preservar los esquemas de privilegios de quienes pretenden eludir las regulaciones del Estado?  



Sarlo, en la nota a la que aludo en el post anterior, explicita su convicción  de que el pueblo debe abstenerse de opinar de manera vinculante para sus gobiernos, sobre cuestiones que son, por  complejas, ajenas a su comprensión. Tengo la impresión que el cínico discurso republicanista que hoy nos atraviesa (de la que Sarlo es una de sus abanderados), en el fondo, enarbola la segunda opción, la del encorsetamiento de la voluntad popular enderezada a transformar esquemas de injusticias y de opresión. El republicanismo representa un nuevo ropaje del discurso conservador que exige se mendiguen improbables consensos y que propicia la capacidad disminuida de la democracia como instrumento que permita adaptar o reformular las instituciones a la medida de las necesidades populares actuales,  renunciando a alcanzar con su poder de regulación coactiva a los intereses de las corporaciones dominantes.


martes, 8 de noviembre de 2011

¿70 Beatriz? ¿EN SERIO? Fahhh!!!

Dos cosas escuché decir a Beatriz Sarlo el viernes pasado, por Radio Mitre, en el programa de Marcelo Zlotowiazda: que leía 70 diarios por día (sí 70) y que los pueblos no están capacitados para analizar la economía (ni siquiera ella misma lo está, según afirmó, a pesar de leer 70 diarios por día).

Vamos a suponer que los 70 diarios que lee la Sarlo son todos una pedorrada semejante al órgano local de difusión oficial del bustiadamirebordismo, también conocido en Colón como “El Entre Ríos”. La edición de entre semanas, digamos, que cuenta con 16 páginas.



A mí, que soy un burro bastante ilustrado, que “lee de corrido”, casi atropelladamente, una lectura por encima, nada reflexiva me lleva… a ver: titulares de tapa… pag. 2, pag. 3, salteo la 4 de edictos y la 5 una propaganda, 6 y 7 también salteo porque son de deportes (no creo que a Sarlo le interese otro que no sea el Bridge), leo 8 y 9 política y sociedad, salteo la 10 y la 11 de propaganda y necrológicas, también 12 y 13 de clasificados, 14 editorial y Rubén Denis (uh… todavía no le cambiaron la medicación), 15 elogios a Rebord y a su mentor Adami, y 16 “Entregan prestamos a 20 microemprendedores”… 19 minutos 23 segs. Es decir, a razón de 3 diarios por hora, necesitaría exactamente 23 horas 20 minutos para leer 70. Me quedan poco más de 40 minutos por día para analizar, reflexionar, redactar algo, comer, dormir, lavarme los dientes, bañarme, darle la leche al gato y limpiarme el culo. Cagar no cuento porque mientras tanto se puede leer diarios. Y de este mocito… ni hablar. Claro que si en la lista de Sarlo se encuentran incluidos Clarín, La Nación, El País, Le Monde, Il Corrieri, The New York Times, The Miami Herald, u otros por el estilo, ya las posibilidades de concederle veracidad a su afirmación empieza a lindar con el delirio puro.

Convengamos, si fuera matemática y teóricamente posible, que también por esta vía lograríamos explicar la cara de estreñida, los desvaríos de trasnochada y hasta los modales de insatisfecha sexual de la Sarlo (lo que suelen ser confundidos con “soberbia intelectual”), así como el consecuentemente NULO relacionamiento social del cual sería consecuencia lógica su incomprensión absoluta de lo que sucede a su alrededor. 



Sostener que los 70 diarios de la Sarlo operarían como una especie de cartapesta sensorial que abstraería a la ¿filósofa? del mundo real y concreto de los seres humanos, no sería una imputación absurda teniendo en cuenta el contexto de la afirmación: si ella que lee 70 diarios por día no puede entender los mecanismos de la economía ¿cómo admitir que los griegos expresen su opinión respecto a la crisis que sufren a través del plebiscito que quería convocar Papandreu? Porque esta fue la elaboración central y leitmotiv de su intervención radial.

Al parecer a la Sarlo le resulta indiferente que los griegos sepan y sufran las consecuencias directas de las medidas de ajuste que la CCE le impone a su Estado, que los acose el desempleo, la reducción de salarios, las privatizaciones, el recorte de la inversión social y previsional, el achicamiento de su economía, la recesión… el hecho de prejuzgarlos como desconocedores de los intrincados mecanismos que movilizan las decisiones de  la especulación financiera internacional, la conduce a negarles su derecho a resistir, incluso por la vía democrática, las palpables y nefastas consecuencias. Sarlo condena a los griegos a dejar de ser sujetos de la historia y los cosifica en una especie de colectiva víctima pasiva del quehacer y de los designios del Dios Mercado, ajenos e inescrutables para la razón de los hombres.



Pero exploremos un poco la línea argumental de la lectora diaria de 70 diarios. Si entendemos la posición como derivada de la estructura ideológica mental de la intelectual, es decir, producto de un proceso deductivo, podríamos arribar  a la aviesa conclusión de que sostiene la existencia de al menos dos grandes campos sujetos a las decisiones del Estado. El uno compatible con el principio de la soberanía popular y por ende suceptible de ser sometido a los mecanismos de la democracia (en la nota, la propia Sarlo los ejemplifica: matrimonio igualitario o basado en la diversidad sexual, despenalización o no del aborto). El otro campo, poblado de situaciones incomprensibles para las masas (ejemplificado justamente por aquellas relacionadas con las finanzas internacionales), debe ser vedado a tal operatoria y dejada en manos de… bueno Sarlo no dice en manos de quien, pero me animo a sostener que en la punta de su lengua anida la palabra “tecnócratas” o algún concepto similar. 

Si mi razonamiento es correcto, una intervención respecto a un tema aparentemente alejado de nuestro ámbito nacional, estaría revelando la esencia reaccionaria de quien gusta complacerse a si mismo con el mote de progresista. Podemos empezar a decodificar a Beatriz Sarlo como una probable ideóloga de la reedición de la democracia acotada, formal, aquella democracia que no debe atreverse a correr el velo del institucionalismo para indagar y decidir sobre las cuestiones de fondo, sobre la infraestructura del andamiaje social. La propuesta de enajenar de la capacidad decisoria del pueblo un cúmulo de situaciones escudándose en su “complejidad” resulta al menos írrita, sobre todo cuando la intervención de Sarlo no parece otra cosa que un nuevo ropaje para la máxima aspiración neoliberal de Milton Friedman: liberar absolutamente a las “fuerzas del Mercado”, propiciando su autorregulación y sustrayéndolas de la normativa estatal.

Si negamos la capacidad de resolver cuestiones complejas mediante el instrumento de la democracia directa con el fundamento de la ignorancia del soberano, con igual argumento podemos colegir que todo poder representativo que exprese esa masa “ignorante”, se encuentra deslegitimado por el mismo vicio genético para abordar tales cuestiones. Por supuesto que leer 70 diarios por día le impide a Beatriz Sarlo comprender a los populistas choripaneros que nos empecinamos en creer que los pueblos aprenden de sus experiencias, y que saben leer desde las consecuencias las inconveniencias de los mecanismos ineluctables del mercado, aún cuando no lleguen a comprender su funcionamiento.



viernes, 4 de noviembre de 2011

En búsqueda de la identidad cultural (1 de ¿?).

Todo proceso de transformación, revolucionario o progresivo, necesariamente genera tensiones  y controversias. Es que transformar implica cuestionar un status quo del que disfrutan algunos que intentarán asirse a la subsistencia de sus privilegios.

Todo proceso de transformación, revolucionario, progresivo (o reaccionario), es a la vez el emergente de sectores sociales que pugnan por una mayor participación en la política, en la cultura, en la riqueza producida, o en todos esos ámbitos al mismo tiempo. En el medio de la marabunta emergen necesariamente desde ideólogos e intérpretes, hasta todo tipo de apasionado barrabrava a favor de la canonización o de la detracción herética, alimentados por la savia de la novedad y por el elíxir de la confrontación que explicita los apagados sueños y los rencores de los sometidos.

Todo proceso de transformación, incluso la mera necesidad de intentarlo, nos impulsa a revisar el pasado en la búsqueda de las raíces del conflicto, de las glorias perdidas y de las derrotas sufridas. Desde la perspectiva de marginados reclamantes, necesitamos reconstruir un imaginario que justifique las dilaciones de nuestras ansias y que entronque nuestras luchas con antiguas epopeyas proscriptas por el discurso vencedor.

Todo proceso de transformación, en definitiva, es un campo fértil para la creatividad artística, mientras esté dotada de la sensibilidad suficiente para pretender plasmarlo, documentarlo, e incluso preanunciarlo, aunque esta última virtud está reservada sólo para  los visionarios.

Y es en el marco de un proceso transformador, como el que nos ha sido concedido participar, en el cual quiero destacar la significancia de la obra de DANIEL SANTORO.


Durante el año 2001, mientras que la mayoría de los plásticos retrataban el indigente estado de las mayorías abandonadas a su suerte por la república formal, o la violenta explosión del descrédito en la política, reflejando al caos y a la desesperanza, Santoro opta por rememorar aquel “Mundo Peronista” construido durante los dos primeros gobiernos del General. Un mundo que refleja la especial relevancia de Eva, coprotagonista ineludible desde la perspectiva del arraigo sentimental del Movimiento. No sé si su pintura expresa un anhelo, una añoranza o una premonición, lo que sí se me ocurre resaltar es que la serie inaugurada por entonces tiene la singularísima trascendencia de expresar una alternativa reivindicatoria del Estado de Bienestar del que habíamos sido definitivamente expulsados al comer la fruta prohibida del neoliberalismo, seducidos por la serpiente riojana.


Santoro continúa la descripción de aquel paraíso perdido hasta 2005, explorando la doctrina del peronismo y sus logros concretos, incluso se aventura en escenas que reflejan la mirada de los bienaventurados que disfrutaron la bonanza de esa época. Matiza su estilo realista y descriptivo con evocaciones simbólicas (Eva como esfinge, el Pinto como Pegaso, los jardines en ruinas), construyendo mitos como el de la madre de Juanito Laguna, o la ironía de los castigos de Eva a los niños gorila y marxista leninista (concluída en 2011 con un carbón sobre el día del niño), no escapándole tampoco a hechos malditos para el arte, como el bombardeo a la Plaza de Mayo.



Es en 2006 el momento en que la añoranza comienza a mutar en fuerza viva y actual. Encabezados por el “Descamisado Gigante”, cabecitas negras, centauros, nuevos niños escolarizados; salen de bosques punzantes y oscuros, nacen o resucitan para comenzar la invasión de los ámbitos apropiados por los vencedores del ’55, redescubriendo y reivindicando los íconos sobrevivientes, cuando no arrastrando blancas y rubias cautivas, la representación de todo lo arrebatado a los sectores populares.


Pero estos seres, aislados, solitarios, necesitarían evolucionar en colectivos agresivos y ávidos de reiniciar la lucha para recuperar los espacios perdidos. Aparece el malón como protagonista, movilizado y dinámico, aterrorizante, observado desde la modernista ventana de un gabinete extrapolado al medio de la pampa por la incomprensiva intelectualidad cipaya, representada en la figura de Victoria Ocampo. Recientemente, la imagen del desentierro de un ejército de centauros de terracota en plena Plaza de Mayo, vincula aquella primera etapa con el resurgir actualizado de las masas militantes.


Victoria Ocampo también es objeto de deseo, también en la pintura de Santoro aparece reducida a la condición de cautiva de las fuerzas reivindicadoras y transformadoras. No creo resulte una interpretación forzada suponer que en este caso la Ocampo simbolice la cultura “oficialmente aceptable” (así como el crucifijo de procesión que porta otro de los integrantes del malón). Tampoco suena disparatado que Santoro exprese la aspiración (o la justa exigencia) que las manifestaciones culturales de la ideología que lo contiene,  gocen al menos de equivalente reconocimiento como expresión de identidad de una corriente popular, socialmente inclusiva e históricamente mayoritaria, pero a la vez estigmatizada y marginada del Olimpo de las artes, donde hasta hoy conviven amablemente desde el fascismo confeso de Lugones hasta el izquierdismo del retratista de Juanito Laguna.






ENLACES

Entrevista por Eduardo Aliverti Dic./2010: http://decimequiensosvos.com.ar/