martes, 28 de febrero de 2012

Cuestionar el modelo.

Salvo por los dicharacheros trencitos que pasean niños por la plaza, o los otros que hacen un recorrido por las zonas turísticas, vivo en una ciudad que carece palmariamente de cultura ferroviaria. Lo más cerca que estuvimos en Colón, fue cuando hace unos 50 años se designó a un Jefe de una Estación que nunca existió. 

Mi conocimiento en la materia no supera lo anecdótico, ni puedo apelar a otras experiencias que circunstanciales aventuras juveniles, o un particular embelesamiento por los subtes que me gusta abordar, en las condiciones que sea, cada vez que piso Buenos Aires.


Por ende, desde la vivencia personal me declaro incompetente para abordar la materia, dada mi condición de extraño a la problemática. Por supuesto que otro tipo de conocimiento y análisis podría permitirme arriesgar algún comentario, pero para escribir lo que quiero escribir me basta pararme sobre esta trilogía (sin desmerecer otros muchos aportes que han realizado varios compañeros):

1 1 “Undeja vû de algo de Antonio Diez en el Blog del Fusilado;
2 2 “Eltren del progresismo bobo de Gringo Viejo en el Blog Ganando Amigos;
   3 Matar a Cristinade Daniel Mancuso, en su blog homónimo.

Escojo los tres porque alertan sobre las reacciones voluntaristas y funcionales al enemigo en las que se suele incurrir producto del dolor y la sorpresa. 

Parece que siempre caemos en la misma trampa, como caímos con el caso Skanska; como caímos cuando Clarín aprovechó la hijaputez de Schoklender para embardunar a las Madres de Plaza de Mayo; como caímos ayer nomás, cuando Clarín y Altamira montaron el espectáculo pavo de los gendarmes espías; como cuando alegremente, sin análisis previo, salimos a putear gobernadores agitando la banderita de “Famatina no se toca”, entre otra larga lista de ejemplos. 

Saltamos como resortes a pedir renuncias, a cuestionar políticas y personas, a promover cambios sin analizar razones ni viabilidad, sin tomarnos el tiempo de tratar de correr la cortina que (debiéramos saber) está ahí siempre para ocultar las segundas intenciones, ya demasiado evidentes a fuerza de reiteración.

Los ferrocarriles fueron concebidos y diseñados hace un siglo para un fin que nada tiene de funcional a las apetencias y las condiciones del actual modelo.

Fueron privatizados en los ’90 a la luz de una ideología y a la medida de un proyecto de país que no alentaba la perspectiva de millones de personas moviéndose hacia y desde su trabajo. Cuando nos paramos desde el lugar de “pasaron ya 8 años”, parece que nos olvidamos, no ya de los logros obtenidos, sino de las limitaciones que impone una infraestructura cuyo mayor defecto ni siquiera es la obsolescencia, sino haber sido pensada para un país de exclusión y marginación. 

Por supuesto que duele y enerva, hasta desespera, contemplar el cuadro de medio centenar de hermanos muertos y diez veces más heridos. Por supuesto que el hecho es una demostración patente de nuestras limitaciones, pero me parece que terminamos imitando a los buitres que deploramos cuando, sobre los cadáveres tibios, nos sumamos a la oleada cuestionadora de lo que sea y exigimos transformaciones radicales ya, sin medir ni la factibilidad ni la sustentabilidad de nuestro reclamo. 

Que los culpables (todos y cualesquiera) se pudran en la cárcel es una aspiración de justicia que deben satisfacer los jueces. Pero así como deploro a los opositores que apenas pueden ocultar tras semblantes de ocasión su regocijo por la tragedia, pido a los compañeros que no se sumen al circo. Les recuerdo que si esos trenes marchan atestados de compañeros, es por la exclusiva responsabilidad de este modelo. Y no sólo porque no haya sido capaz de mejorar y multiplicar el servicio, sino, fundamentalmente, porque generó las condiciones para que millones de argentinos los atesten porque tienen  trabajo.
 
El modelo es éste compañeros, con sus logros y sus bemoles, no se construye sólo para y con gente linda y bien pensante, necesita de Poder para arrimarnos algunos metros más a la utopía, y no podemos ser funcionales a los intentos de limarlo, ni aun cuando nos gana el dolor.

Seguramente a varios les parecerá este post obsecuente y acrítico. Y hasta antipático. Asumo el riesgo pero aclaro que si cavé y me metí en una trinchera, no fue para salir corriendo cuando las primeras bombas caen cerca. Ni siquiera cuando se trata de “fuego amigo”. 



sábado, 25 de febrero de 2012

25 de febrero

un día 

dos hombres

tres banderas

1778
  Argentina - Chile - Perú.
 

1950
  
Justicia social - independencia económica
- soberanía política.


17 por la alternativa.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, “ALTERNATIVA” significa:

1. f. Opción entre dos o más cosas.
2. f. Cada una de las cosas entre las cuales se opta.



Es bueno reconocer errores y asumir la propia ignorancia no por nada uno es solo un burro que tiene un blog, y gente linda como Emilio de Ípola, Pepe Eliaschev, Rafael Filippelli, Roberto Gargarella, Fernando Iglesias, Santiago Kovadloff, Jorge Lanata, Gustavo Noriega, Marcos Novaro, José Miguel Onaindia, Vicente Palermo, Eduardo Antin (Quintín), Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Daniel Sabsay, Beatriz Sarlo y Juan José Sebreli, son reconocidos por los diarios que elige mayoritariamente la gente como ilustres y representativos miembros del mundo intelectual y del bien pensar.

Como buen bobo, supino ignorante, cuando me dijeron que 17 intelectuales, periodistas y constitucionalistas iban a dar su visión alternativa de la cuestión Malvinas, yo supuse (erróneamente) que realizarían una construcción racional distinta a las dos existentes y en pugna: la visión argentina y la visión británica. Imperdonable, claramente me estaban diciendo que manifestarían su opción entre ambas, que adoptarían posición adhiriendo a alguna de ellas.

JE! JE!... claaaro, si los pícaros hubieran titulado “los 17 diremos cual de las dos opciones nos gusta más”, se perdía en el camino un poco de misterio y atractivo, hubiese resultado menos seductor y hubiera albergado menos expectativa: era simplemente una arrojada de taba en un juego donde todos sabemos que el culo está cargado (giro metafórico que para nada alude a la participación de Lord George Thecream, sino a los anticipos que ya nos habían brindado algunos de los suscriptos en The Nation, o en el prólogo de Lady Walger, que subrepticiamente deslizara en una gira mediática previa). 



Los fundamentos de la elección por la opción británica (que pueden ser leídos completos acá), podrían ser libremente sintetizados de la siguiente manera:

1)   Háganse cargo del apoyo popular a la guerra del 82 (perdieron la guerra, giles, indemnicen a los ex combatientes para dejarlos contentos y déjense de joder);

2)   Existe una asimetría evidente entre los esfuerzos realizados y la importancia de las Malvinas (después de todo, no son Cancún como dijo lady Walger);

3)   Una visión alternativa debe ser elaborada sobre la base del principio de la autodeterminación de los kelpers (sir David Cameron no lo hubiese dicho mejor. Después de todo, este país se fundó en ese principio y lo respetó a pies juntillas con los pueblos originarios… o bueno no, pero sí debe respetarlo con los ambientalistas antimineros patrocinados por Lord Sabsay). No podemos obligar a los pobres a renunciar a su condición británica. En eso estoy de acuerdo, una vez que recuperemos Malvinas debemos permitir a los isleños elegir entre reconocerse como ciudadanos argentinos nativos, permanecer como ciudadanos extranjeros residentes en Argentina, o simplemente, si así lo estiman conveniente, irse a la puta madre patria inglesa. Podrán asimismo, aquellos que queden, seguir tomando el five o’clock tea with cakes.

4)   La Argentina debe renunciar a la única política de Estado (a la que denominan “agitación patriotera”) que aglomera en un consenso a todo el arco político (excepción hecha de Mister Ferdinand Churches), encuadrando incluso (más o menos) a ¡José Samuel Wermus!.

Lo que llama la atención, es que a un historiador de la talla de Luis Alberto Romero se le haya pasado por alto ilustrar a sus contertulios, por ejemplo, sobre la implicancia de los acontecimientos de 1833, cuando la población oriunda de las Provincias Unidas del Río de la Plata, con su autoridad política incluida, fue desaloja de Malvinas por un acto de fuerza carente de todo sustento jurídico o histórico. Casi tanto llama la atención, como que a un abogado a quien le gusta hacerse llamar “constitucionalista” (como Blumberg se hacía decir ingeniero), no enseñe que alentar el abandono por parte de un Gobierno de la política de recuperación de Malvinas es equivalente a pedirle que incumpla un mandato Constitucional (Primer Cláusula Transitoria - Const. 1994) y, por ende, instigar a que se convierta en traidor a la patria.  Claro que, si desconoce la Constitución, es al ñudo pretender que tenga conocimiento que en 1965 se dejó claro en la comunidad internacional que los habitantes de Malvinas no son un “pueblo” sino los habitantes, ciudadanos de la potencia colonial en un territorio colonizado (Res. 2065 Asamblea General de ONU inspirada en el art. 5° de la Res. 1514/60) y por lo tanto su cháchara sobre la autodeterminación en un elemento absurdo y perimido frente al reconocido derecho a conservar su integridad territorial que asiste a la Argentina.




Que endulcen la cucharita como quieran, que adornen de pretextos democratistas y floridos giros idiomáticos su texto, pero nada puede tapar la pobreza argumental de su posición, ni el claro alineamiento a la posición británica que implica.

Para decirlo con todas las letras, “los 17” han desempolvado y pretenden acicalar (contra de los intereses de su propio país) la vieja doctrina luso-brasileña de las fronteras vivas, que es lo mismo que la del “destino manifiesto” de los norteamericanos, que expresa lo mismo que la más moderna “lebensraum” (espacio vital) de la que abrevaron el expansionismo nazi y el neocolonialismo fascista de Mussolini, doctrinas que justifican el apoderamiento de territorios ajenos por la ocupación mediante nacionales de un país que pretende expandirse y apropiarse de recursos para su crecimiento, doctrina que ni siquiera Israel se atreve a desplegar para justificar la ocupación que sus colonos hacen del territorio palestino.

Seguramente estos pobres sujetos lograrán importantes titulares de la prensa británica, por expresar simpatía a los intereses de su gobierno, incluso en el resto del mundo, porque también fueron noticias los colaboracionistas que saludaron el ingreso de las tropas alemanas a París. Y giras y conferencias con todo pago seguirán empalagando e hinchando sus ya sobredimensionados egos. Pero como a Petain, seguramente de nada les valdrán sus antiguos galardones ante el juicio de la historia.



jueves, 23 de febrero de 2012

ONCE

Demasiado tarde para decir algo.
Demasiado pronto para transmitir otra cosa que condolencias. 



martes, 21 de febrero de 2012

Che Clarín, el otro inglés habla de vos.

Resulta evidente la intención de pretender implantar la idea que en Argentina existe un “clima orwelliano” de control del pensamiento libre y ascético de una parte de la intelectualidad y de los medios “independientes” (sólo comprometidos con la divulgación de la verdad  impoluta). Por si no se dieron cuenta de la asociación inducida mediante acciones como la de la Fundación de la Giudice, o la posterior denuncia ante la CIDDHH, ahora Clarín lo manifiesta, expresa y burdamente, renunciando a toda pretensión de sutileza, en una notita titulada "¿Existe un Gran Hermano K?", en la que el Gran Diario Argentino, en cierta forma, asume que sus lectores padecen una grave incapacidad de entender las ideas que pretende injertarle mediante metáforas y elipsis, y elige explicársela como a meros bobos sin vuelo imaginativo.



Ah..! “1984”. Aquella preciosa pieza literaria de ficción política que alertaba, por allá por 1949, sobre la posible globalización de un asfixiante y represor totalitarismo stalinista y las nefastas prácticas de la policía del pensamiento… impresionante, aleccionadora también, pero con una certeza predictiva sólo comparable con la de Lilita Carrió.  

La participación de Orwell en la Guerra Civil Española (del lado republicano, of course, como correspondía a todo buen socialista a la inglesa que se preciara de tal) le dejó una marca imborrable: un profundo rencor hacia la facción comunista de las milicias, a quien directamente culpaba de la derrota. Tal rencor, entre 1937 (pleno ascenso del nazismo) y 1943 (plena II guerra, donde ingleses y soviéticos luchaban codo a codo contra el nazismo), lo lleva a apuntar su pluma contra Stalin en otra tan excelente (pero desatinada en el tiempo) obra como lo fuera “Rebelión en la Granja”, recién publicada (nada casualmente) en los albores de la Guerra Fría (1946).  Desconozco si por aquellos tiempos Orwell logró intuir las implicancias del triunfante imperialismo norteamericano  en la orbe, o el peligro que para las sociedades democráticas revestía el embrionario neoliberalismo  que se incubaba en Mont Pelerín, pero lo cierto es que nada trascendente parece haber escrito ni pronosticado al respecto.  Salvo “La Libertad de Prensa”, título bajo el cual prologa Orwell la primera edición de “Rebelión en la Granja”, quejándose amargamente de que las editoriales inglesas, durante la guerra, se negaron a publicar libelos que agredieran a Stalin. Pero no culpaba de ello a “la intromisión directa del Ministerio de Información o de cualquier organismo oficial”, “sino porque existe un acuerdo  general y tácito sobre ciertos hechos que ‘no deben’ mencionarse. Esto es fácil de entender   -continúa la prédica-  mientras la prensa británica siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiados honestos al tratar temas importantes”.



Es decir que Orwell sufrió y denunció la censura a la libertad de expresión, pero no por parte del Estado, sino desde la propia corporación periodística. Sin embargo, nada profundizó sobre esta enojosa situación. O quizás sí lo hizo, pero no se ha masificado el conocimiento de tal hecho a causa de los mismos actores que Orwell denuncia como responsables de que “Rebelión en la Granja” debió esperar  varios años para ser publicada. 

Las condiciones que conspiraron contra la libertad de expresión de Orwell, hoy se ven magnificadas. Los medios de comunicación se han masificado en términos de accesibilidad al público (al extremo de lo invasivo) a la vez que han eficientizado su discurso mediante “la manipulación no violenta del ambiente y de las ideas y los sentimientos de los individuos” (al decir de Aldous Huxley *1), al punto tal que representan un real riesgo de “monocolorización” del pensamiento humano, incluso de destrucción de la diversidad de opiniones, de culturas, de gustos, de costumbres. Hasta me atrevería a decir que la política de las corporaciones mediáticas resulta hoy perfectamente asimilables con aquel televisor eternamente encendido en la vivienda de Winston Smith en “1984”. Por supuesto que aún no pueden observarnos desde ahí, pero esta tiranía mediática pretende no necesitar hacerlo porque aspira a condicionar nuestro comportamiento (¿para que mirarnos si ya saben lo que vamos a hacer?). Sería el sumun de los logros del capitalismo: a la producción en serie, agregarle la uniformidad gustos y la predeterminación de los comportamientos y las necesidades.


La racionalidad capitalista, y el desarrollo no inclusivo (en razón de sus costos) de las tecnologías, conspiraron durante el transcurso del S. XX a favor de una concentración aún mayor de la propiedad de los medios a la que conoció Orwell, trasformando la libre competencia en una carrera sin reglas entre un guepardo y un perezoso amazónico, en medio de la sabana africana. Obvio que ganó el guepardo, pero aparte también se comió al perezoso (*2). A su tiempo, la prédica del no intervencionismo estatal fue sumando adeptos entre las “elites de poder” económico y sedujo a las “elites de poder” político. Nada quedaba del omnímono Estado avasallador que imaginaba Orwell, todo había sido coptado por los montpelerines que había ignorado.

Por supuesto que a los diarios se agregaron la TV y la radio. En nuestro caso, ni siquiera fue necesario discutirle la propiedad del éter al Estado bobo, bastaba su inacción cómplice para que los guepardos acumulen licencias, y el congelamiento de la concesión de nuevas licencias para no tener el disgusto de que aparezca algún perezoso tuneado a meterse en la competencia. La necesidad de expansión de audiencia, de mayor alcance y penetración, fue resuelta con un altísimo grado de eficiencia mercantilista: transfiriendo sin riesgo el costo a un usuario permanentemente cautivo: se inventó el cable. Que el que pueda lo pague, y el que no puede no importa, es porque no tiene capacidad de consumo y por ende, nada se le puede vender.

El que siguió hasta acá el relato, notó que mencioné a Huxley. En “Un Mundo Feliz” también pinta un estado totalitario y deshumanizante, pero mucho más aproximado a la utopía de las grandes corporaciones económicas, y al servicio de la previsibilidad, el orden y la uniformidad de comportamientos, valores tan preciados para el capitalismo. Lejos de la violencia represiva, la comunión productiva-consumidora se controla mediante la manipulación: desde la genética, pasando por la instructiva, la laboral y hasta por vía del adecuado condicionamiento vía entretenimiento (¿podría bancarse uno 24 hs de TN, Van Der Kooy - Blanc incluídos sin una dosis diaria de Tinellismo o Susanagimenismo?). La diversidad de caracteres humanos sólo es admitida como un aspecto funcional a los requerimientos de la complejidad propia de toda sociedad, pero es igualmente predeterminada cuali y cuantitativamente. La dictadura es real, pero imperceptible gracias a la manipulación.



Por supuesto que el gigantesco aparato cultural no estatal no descuida ningún flanco en su rol uniformador. Es enorme la inversión realizada en los ´90 por Clarín, por el grupo Prisa y La Nación en diccionarios, libros de historia y demás materiales didácticos y de lectura escolar. Inmensa inversión, fundamentalmente orientada a la instrucción de niños, que desde la perspectiva capitalista, debe ser recuperada, y desde la perspectiva ideológica, los contenidos transmitidos deben ser asimilados, repetidos y aceptados. Un material que no sólo es importante por su contenido, sino también (al igual que la radio, la TV y los diarios) por las cuestiones que son ninguneadas al ser excluidas de los mismos. “Grande es la verdad -dice Huxley- pero más grande todavía desde un punto de vista práctico, es el silencio sobre la verdad” (*3).

Ya es confeso que la recurrente sugerencia de que el kirchnerismo es orwelliano, no cumple otra función que encubrir la asunción de los medios hegemónicos de un rol en el proceso huxleyano. Por supuesto que estamos lejos de la manipulación genética (menos lejos de lo que estaba Huxley en 1931), y que el resultado del proceso democrático y fuertes políticas de inclusión económica, social y cultural y de promoción de la aceptación de la diversidad impulsadas por parte del Estado, nos alejan del modelo del S. VII D.F. (después de Ford), pero lo que vale es la intención… y su persistencia.

Pablo Llonto, en el mismo programa de 678 que mencioné en un post anterior dijo con ironía algo así como “me conmueve el esfuerzo que hacen en tratar de explicar que Clarin es un medio periodístico”. En ese mismo post planteé que como medio periodístico va cayendo en el descrédito y como empresa capitalista no es muy apreciada en el mercado de valores. Sin embargo, Goldman Sachs, los mismos que se quedaron con Italia, puso (y no poco dinero) para sostenerlo… no hay otra razón: estos multimedios ya no son empresas periodísticas, son usinas de reproducción y de legitimación de la ideología del poder real, son los artífices de “la manipulación no violenta del ambiente y de las ideas y los sentimientos de los individuos”.



*1 Aldous Huxley, “Nueva Visita a un Mundo Feliz”, cap. I “Exceso de Población”
*2 “En el campo de las comunicaciones en masa, como en casi todo otro campo de actividad, el progreso tecnológico ha perjudicado al Hombre Modesto y ha favorecido al Hombre Poderoso…. En el Oeste democrático hay censura económica y los medios de comunicación de masas están dominados por los miembros de la “Elite de Poder” Aldous Huxley – “Nueva Visita a un Mundo Feliz”, cap. IV “La propaganda en una sociedad democrática”
*3 Aldous Huxley, “Un  Mundo Feliz” Prólogo edición 1969.



    


domingo, 19 de febrero de 2012

MITOS OLIMPICOS: HOY: LA INTRODUCCION DEL CALZADO DEPORTIVO.

Segunda entrega de esta impar colección de mitos y leyendas de los juegos olímpicos clásicos. Imprescindible su lectura para aquellos que piensan asistir a Londres 2012 y quieran deslumbrar con su erudición populista a los piratas británicos.  



Corría el S. VI A.C., cuando las crónicas registran el primer gran negociado olímpico. El hijo de un conocido empresario de la construcción etrusco radicado en Apolonia, trabó una fuerte relación con un comerciante fenicio oriundo de Galir (Hispania).  El primero de ellos, haciendo valer sus influencias como patrocinante  de la delegación atlética de esa polis (se dice que en realidad era propietario, ya que estaba compuesta exclusivamente por esclavos textiles titularidad de su segunda esposa), sobornó a los integrantes de la autoridad de los Olympiakoi Agones y lograron se declarara la obligatoriedad del uso de un calzado de competencia, proveniente de Egipto, cuya exclusividad de importación y comercialización correspondía al comerciante fenicio.  Mauritius, tal como se llamaba el hijo del emigrante etrusco, logró de ese modo la introducción a Grecia de un tipo de sandalia formado por una suela que se sostiene al pie por medio de una tira en forma de V que separa el dedo gordo de los restantes, denominada  en su jeroglífica tipografía original, según nos ilustra el prestigioso egiptólogo Daniel Sabsay:


En la segunda jornada de los juegos, se inició la enconada resistencia de los atletas a utilizar el calzado, justificada en las dificultades que el adminículo representaba tanto a los maratonistas para correr, como a los púgiles y cultores del pancracio para retroceder.  De nada sirvieron ni la gran cobertura que los heraldos y trompeteros prestaron al negociado (incluso defendiendo la aptitud deportiva del calzado), ni la ampliación del soborno a los jueces de competencia, que reconocían visiblemente antirreglamentarios triunfos a los atletas apolonios, únicos que persistían en su uso.

El descontento del público, ante la evidencia incontrastable de la inutilidad del calzado, adquirió tal magnitud que obligó a deshacer el contrato y retomar las antiguas prácticas, afectando gravemente el prestigio de Mauritius en la hélade. Sin embargo acrecentó su poder en Apolonia lo que le permitió, hacerse de una carrera política local, que perduró hasta la Tercera Gran Inundación. 

La historia completa de Mauritius será objeto de otra intervención, hoy nos concentraremos en la personalidad del mercader fenicio gadirano.

Los anales olímpicos han borrado el nombre de este personaje, como modo de encubrir la complicidad de Mauritius en la operación. Sin embargo, estudios encarados por el genealogista Daniel Sabsay nos permiten echar luz sobre el derrotero de este oscuro “sujeto de la historia”, cuyas andanzas jamás pudieron superar el umbral de meras anécdotas. El estudio encontró su principal escollo en la práctica inveterada de su familia de cambiar frecuentemente de nomen  y pronomen.   

A pesar de la dificultad, ha logrado rastrearse su origen judío, sabiéndose que resulta descendiente directo de David Bronstein, quien se hiciera su pequeño lugar en la historia en épocas de la esclavitud en Egipto. Por entonces, eran frecuentes sus críticas a Moisés cuando amenazaba al Faraón con el avenimiento de las 7 plagas. Lo solía acusar de burócrata conciliador, de dialoguista y de agente del imperialismo que carcomía la conciencia revolucionaria del proletariado explotado. 

Con profunda fe en obtener el despertar de la consciencia revolucionaria, y basado en su convicción internacionalista, se negó a partir hacia la Tierra Prometida, argumentando los límites teocráticos y nacionales que eran impuestos al movimiento liberador, también cambió su nombre al de León Troskimbaumn. 

Fracasado en sus intentos de movilizar a las masas, 4 generaciones más tarde sus descendientes son expulsados de Egipto (de allí deriva su apodo de “la cuarta generacional”) después de denunciar que los Sherden (guardia personal del faraón) los habrían infiltrado. Para entonces habían desarrollado un dialecto incomprensible, tanto para los habitantes del Nilo, como para los propios judíos.

Llegados a la tierra prometida, pretendieron ser reconocidos como la decimotercer tribu de Israel, pero la escasez de sus miembros los obligó a infiltrar a las demás asambleas tribales, en una práctica entrista cuyo objeto era coptar los miembros con consciencia más avanzada. Descubierta la maniobra, el Rey Salomón los expulsó del la Tierra Prometida. De nada sirvió que realizaran una movilización hacia el Templo de Jerusalém bajo la consigna “nos quieren silenciar”. La escasa convocatoria hizo que la manifestación pasara desapercibida en el enorme número de fieles que se solían congregarse en el lugar. Golpeados, pero con su fe inquebrantable, acusaron a Salomón de personificar a la justicia burguesa, clasista y conservadora, y partieron hacia el reino de los fenicios, pueblo marítimo reconocido por su receptividad hacia los extranjeros y su tolerancia hacia las diversas costumbres, caracteres en lo que los cuartageneracionistas (o simplemente troskymbaumnistas) creyeron ver el embrión del internacionalismo. 

En el camino, las diferencias internas del grupo dieron lugar a la que se llamó la Primera Escisión. El debate sobre si sus antepasados debieron o no haber participado en el sitio de Jericó, dio a luz 3 posturas irreconciliables: SI, NO, No sabe/no contesta, por lo que se dividieron en tres ramas, cada una de las cuales reclamó para sí la pureza del mensaje de León y acusó a las restantes de “reformistas”. Divididos definitivamente, se dirigieron a Sidón, a Tiro y a Biblos. 


La línea de Biblos, aquellos que contestaron no sabe/no contesta, no tardaron también en subdividirse en tres ramas, los identificados con “No sabe”, los identificados con “No contesta” y aquellos que sostenían que la división era una falsa contradicción producto de una visión pequeña burguesa de los procesos revolucionarios, que distanciaban a las masas del protagonismo transformador (no deben ser confundidos los hechos relatados con la “Diáspora” en tiempos de la invasión de Tito, aunque algunos historiadores consideran que los inspiradores de la acción fueron “células dormidas” dejadas en Israel). En el seno de  la quinta escisión de esta última facción, nació muchos años más tarde nuestro mercader gadirano que encarnó el escándalo de las “ojotas egipcias”, junto a un miembro de la tercera escisión del grupo “SI” (llamado, en contraposición, IS), dando nacimiento a la empresa de bandera de conveniencia hispana “Altamira-Castillo”.

Tras ser descubierta la fraudulenta operación, José Samuel (verdadero nombre del mercader) buscó introducir (de la mano de los etruscos) la mercancía en las colonias griegas en el occidente del Μεσόγειος Θάλασσα (Mar Mediterráneo), siendo rechazados sistemáticamente, hasta que la armada helena les dio alcance y derrotó en la batalla naval de Alalia, expulsándolos más allá de las Columnas de Hércules. 

El fracaso de la operación importadora, rompió la endeble sociedad, pero, la implacable fe revolucionaria (y el ansia de recuperar la inversión) los impulsó empresas transoceánicas que permitieron que el uso de la ojota (y el cuartageneracionismo troskymbaumnista) se distribuyan por todo el mundo, desde los andes peruanos, hasta los templos budistas coreanos.

El Psicólogo Social Daniel Sabsay epiloga nuestro relato con dos contundentes conclusiones: 1) pese a su contrapié inicial, al movimiento internacionalista troskymbaumnista cuartageneracionista le ha ido mucho mejor vendiendo ojotas, que tratando de incidir en el destino de las masas proletarias; 2) Sólo una épica de semejante magnitud como la relatada, es capaz de explicar la pacífica convivencia de la que disfrutan peruanos, coreanos y judíos en el Once.



Ediciones anteriores:


jueves, 16 de febrero de 2012

La Nación: los preferidos de los lectores.

Existe acaso algún vaso comunicante que vincule el carnaval con el halloween? Digo, porque se viene el feriado carnestolendo y La Nación sale hoy a desempolvar viejos mascarones oprobiosos, por cuya antigua falta de gracia, creía yo, habían sido confinados al arcón oscuro de la infamia. 


Mi lado morboso me suele impulsar a curiosear el cuadro de “notas más leídas” de la publicación digital del diario de los Mitre, termómetro incontrastable de las preferencias de sus lectores. Y allí me encuentro con “Por favor, dejemos en paz a los isleños” de Silvina Walger; y “Videla No se arrepiente, critica a los Kirchner y dice que la república está perdida”. 




La primera nos descerraja de entrada un “Sorprende que la actual dirigencia argentina no conozca la diferencia entre ganar o perder una guerra. Las guerras se ganan o se pierden, no hay intermedio. Al vencedor no le importa si el que la desató fue Calígula o los kirchneristas. Al perdedor no le caben las protestas sino someterse, rehacerse y recurrir a un diálogo inteligente y no agresivo”, para terminar, luego de una sucesión de desatinos, con “Por favor, dejemos en paz a esos isleños que tienen muchas más posibilidades que nosotros de llegar a ser un país en serio”. 

La primera frase (parafraseando otro tramo de la autora) no se si atribuirla “a ignorancia o a desesperación” de la gabarateadora auspiciada por CADAL, porque a la comentarista que pavoneaba su erudición en programas como “Polémica en el Bar” y “La Siesta Inolvidable”, parece escapársele el detalle que una consecuente práctica de la política exterior argentina, desde 1933, ha sido la conocida como Doctrina Saavedra Lamas, aquella que sostiene que “la guerra no da derechos”, principio receptado ampliamente por el Derecho Internacional. Y, sin dejar de reconocer que el artículo se hace merecedor de muchísimas más críticas (por ejemplo: ¿Cuál es la razón para cometer la incongruencia de no aplicar el mismo criterio a la política interna, respecto a los derrotados en las urnas?), me basta la cita para comprender la reflexión final. Evidentemente si un “prestigioso diario” acoge en sus páginas tal muestra de trogloditismo político pro-colonial, y si sus lectores abrevan masivamente en la prueba misma de la negación de la civilizada cultura del entendimiento pacífico entre las naciones (al que los argentinos hemos hecho tal valioso aporte, junto al de la Doctrina Drago), y si el horrible esperpento suele ser considerada dentro de los intelectuales de consulta de la derecha local, evidentemente, vamos a tener dificultades para ser un país serio. 

Pero la insistencia en la apología del anacronismo en la que incurre La Nación al convocar el pensamiento de Videla, más persistencia de sus lectores en interesarse en las expresiones del genocida, me obligan a ser redundante en esta cavilación sobre la poca seriedad del país (al menos de un porcentaje importante de su población, lo que resulta en el empobrecimiento de la calificación del todo). Del resumen de la entrevista realizada por Cambio 16 tengo que señalar que La Nación recoge textualmente (y no casualmente) 2 expresiones: “la República está desaparecida, no tiene Justicia, porque la que tiene es sin esqueleto sin relleno jurídico; el mismo Parlamento... está compuesto por ganapanes que temen que les vayan a quitar el puesto y se venden al mejor postor”; y, “Hoy las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón". La reproducción acrítica de las manifestaciones, sumado a que el discurso del dictador ensambla perfectamente con la caracterización que de la etapa kirchnerista suele hacer casi todo el arco opositor, sumado a que la propia Walger (con la que coincide en su concepción de que no se puede juzgar a quienes ganaron una guerra, pero sí a los que triunfaron en las urnas) y el resto de los “librepensadores” (à gauche comme à droit) suelen caer en argumentaciones parecidas, refuerzan mi preocupación sobre las dificultades de siquiera debatir el significado de “un país serio”. 

Los gobernadores de las provincias mineras se reunieron para coordinar políticas sobre la materia, enfrentando un de las cuestiones más espinosas de estos días. La noticia está en La Nación, pero no merece una consideración especial de los lectores que la ubique entre las más leídas. Es más, no está la noticia en la sección política, ni en la económica, está en la de Medio Ambiente.



miércoles, 15 de febrero de 2012

Ellos tapan...


Según la columna de Claudio M. en el trisemanario local El Entre Ríos, quien se hace eco de los diretes de la Cadena Nacional Privada de Gente Linda, “el gobierno ha instalado una multitud de temas en la agenda de la opinión pública, con el único objetivo de distraer la atención del ajuste ortodoxo que ha encarado. Al que le interese, la nota se puede leer acá, pero podrán imaginarse que los temas instalados son los que todos sabemos.



Si bien no resulta aplicable al caso por la naturaleza derechista del periódico, vale la pena leer sí esta nota suscripta por Rubén Dry, sobre el permanente intento de la izquierda y la centroizquierda local, de buscar el pelo en el huevo. Es decir, la irreprimible vocación de encontrar detrás de los actos del gobierno K, oscuras motivaciones que deshagan su “apariencia transformadora” para convertirlo en un cuco fascista hecho y derecho.

Pareciera ser que existe una fina sintonía entre ambos sectores, por derecha yo por izquierda, incluso con análisis y conclusiones aparentemente contradictorias, se ensamblan en un movimiento de pinzas sincronizado que pretende desvirtuar acciones de gobierno (de cualquier tipo, incluso aquellas que alguna de las facciones considerarían positivas de haber sido otro su impulsor).

Aún después que el 54 y pico por ciento de los argentinos demostrara la inutilidad de la reiterada práctica, la escasa lucidez que pareciera se ha apoderado del intelecto de la oposición, persiste en la misma, sin haber tomado nota del desgaste y del descrédito en la que evidentemente cayó la transitada cantinela de que el gobierno siempre hace cosas, para tapar otras.

No tiene caso poner fechas (apelo a la memoria del lector, o el crédito que le merezco, o su verificación googlera), pero textualmente, o mas  menos, venimos escuchando cosas como estas:

La enfermedad de Cristina es utilizada para tapar el ajuste económico (Tribuna de Periodistas).
Los índices confeccionados por el Indec tapan la realidad económica y los niveles de pobreza reales.

Cristina reestatizaría YPF para tapar el agujero del déficit fiscal (Pino Solanas)

La tarjeta SUBE sirve para tapar el tarifazo.

La Malvinización es utilizada para tapar los reclamos salariales (Altamira)

El gobierno desprestigia al emisor (de la supuesta noticia) cuando tiene problemas para tapar la verdad (Nelson Castro a Grondona)

Una ofensiva pública del propio presidente Kirchner contra de la “oligarquía ganadera”, a la cual atacaron tildando de avara y contraria a los intereses de la población. Este ataque no es más que una farsa comunicacional del Gobierno para tapar las severísimas fallas de gestión e incapacidad que tienen los actuales funcionarios para entender al campo argentino y encontrar soluciones para los problemas que enfrenta. Carrió 2006.

El aumento del 17% a los jubilados es para tapar el financiamiento del Fisco con los excedentes del ANSeS (Urgente 24, mismo diario digital que afirma que el nombramiento de Alicia Castro como embajadora es una provocación a Gran Bretaña).

River descendió para tapar el affaire Schoklender (Cherasny).

Sectores del peronismo de La Plata que no comulgan con el kirchnerismo están recolectando firmas para conseguir la excarcelación del dirigente Juan José “Pipi” Pomares, detenido en julio pasado acusado de delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. Según pudo saber NOVA, la campaña para obtener la liberación de Pomares se funda en que su detención “es una clara maniobra del gobierno nacional para tapar el escándalo de (Sergio) Schoklender”, (NOVA LA PLATA)


¿Ocupará YPF el podio principal de enemigo imaginario que el Gobierno necesita para ocultar el efecto del ajuste y la no gestión que caracteriza el segundo mandato de Cristina Fernández? (Majul)

Usa el legítimo reclamo de soberanía sobre las islas como una espesa cortina de humo apta para tapar los asuntos más conflictivos (Majul)

Los cruces entre Moyano y la Presidenta (son) “Una nube de humo para tapar los verdaderos problemas” (Noticias MDQ)

CFK embiste contra Clarín para tapar el conflicto con Moyano (PPR Chaco)

El Gobierno se está gastando los ahorros para tapar el agujero fiscal (por el pago de deudas con reservas disponibles - Alcadio Oña).


Ley de radiodifusión, una cortina para tapar la corrupción. Margarita Stolvizer.

“La llegada de (Héctor) Timerman (a la Cancillería) tiene como objetivo tapar los chanchullos del Gobierno”, denunció Margarita Stolbizer por Continental

El gobierno me hizo sacar de bailando por un sueño para tapar cosas que están pasando. (Nina pelosso)

De Angeli advirtió que los K “quieren volver a confrontar” para “tapar el tema de Aerolíneas, la inflación y el problema energético”.


Futbol para Todos se implementó para tapar la corrupción y la fusión de la A y de la B (que nunca se realizó) para tapar las derrotas de CABA y Santa Fé. (urgente 24)

El último aumento de la AUH fue para tapar la caída del consumo (cadena 3)

El caso de la venta de autos con licencia diplomática la armó el gobierno para tapar lo de la valija de Antonini Wilson. Carrió

Claudio Lozano denunció que la detención de Roberto Larrosa es apenas una "operación" para desviar la atención de su denuncia sobre la participación en el canje de Arcadia Advisors, una consultora a la que vinculó con el ministro de Economía, Amado Boudou, con el actual director de la Anses Diego Bossio, el ex jefe de Gabinete Sergio Massa y el operador kirchnerista Juan Carlos "Chueco" Mazzón.

Lavagna acusó al Gobierno de "matar a Maradona" para tapar el escándalo del caso Skanska

Biolcati: Luego agregó que el Gobierno “fogonea permanentemente” el conflicto con el campo “para tapar el problema profundo que tiene con la inflación”

Reestatización de las AFJP para hacer caja, y tapar el déficit presupuestario.

Reestatización de aerolíneas para tapar a Jaime y de Vido. (Lopez Murphi - Digital).

Etc., etc.

Debo confesar que este post lo escribo para tapar el hecho de que hoy no estoy muy creativo… pero, de lo que no me cabe duda, es que algo de verdad subyace en la afirmación de que el gobierno hace lo que hace para tapar algo: para taparles el ojete a los que en los ’90 nos querían hacer creer que el único camino viable era el neoliberalismo, y que hoy pugnan por otra oportunidad para reeditar sus recetas.

Buenas tardes.

sábado, 11 de febrero de 2012

MITOS OLÍMPICOS - HOY: MUJERES PROTAGONISTAS

Todos sabemos que el primer registro documentado sobre las Olimpíadas clásicas, data del año 776 A.C. Calificados historiadores, como el Prof. Daniel Sabsay, suelen afirmar que este hecho incontrovertido no implica necesariamente que las primeras Olimpíadas se hayan realizado ese año, significando la probabilidad cierta de la existencia de una prehistoria del Magno Evento.




Así como se documentan los juegos de Élide, miles de pequeñas historias, pretéritas y posteriores, han sabido escapar al interés de los cronistas, formando una verdadera maraña de mitos y leyendas, algunos de los cuales han trascendido los tiempos a través de la tradición oral, mientras otros han sido rescatados de la oscuridad del olvido por ilustres mitólogos, como el Lic. Daniel Sabsay. 

Esta especie de suplemento  de fin de semana se avocará, a partir de hoy, a divulgar aspectos y personajes desconocidos por las masas, quizás denigrados por irrelevantes, quizás simplemente eclipsados por grandes hazañas, pero relacionados a los λυμπιακο γώνες;  los Olympiakoi Agones de la antigüedad.

LAS MUJERES EN LAS OLIMPÍADAS

Bien es sabido que era una prohibición absoluta la que alcanzaba a la participación de las mujeres en los juegos dedicados a la Magnificencia de Zeus. Sin embargo, un prestigioso estudioso de los movimientos feministas, el antropólogo Daniel Sabsay, nos revela un par de casos en los cuales las mujeres han sido protagonistas. Son las historias de πλούσιων πατρικίωνταύρος y de μικρή πασχαλιά.

πλούσιων πατρικίωνταύρος:  castellanizado como Patricio Toro-rico, se hacía llamar una cortesana de mala reputación que, durante al menos 10 olimpíadas, logró eludir la prohibición que pesada sobre el género. Es cierto que su aspecto hombruno ayudó a su cometido, pero lo importante es la táctica empleada para que su asidua concurrencia no levantara sospechas. 




Consciente de la posibilidad de que algún participante albergara dudas sobre su identidad, y para evitar cualquier tipo de familiaridad que indujera a una charla en que pudiera dejar alguna pista, cada Olimpíada se integraba a una distinta delegación. Así llegó junto a la belicosa hinchada  espartana, se coló más tarde entre los republicanos atenienses, alegó ser descendiente de la esfinge para lograr infiltrar a los tebanos, hasta que desfalleció al encanto del producto de las uvas de los corintios. 

El escándalo estalló en esta última oportunidad. Mientras era presa de la seducción de Baco, ubicada en la tribuna de los acólitos a los atletas corintios, se la escuchó alentar fervorosamente a la cuadriga macedonia. Se abrió una investigación y logró darse a luz  la verdad. Incluso se descubrió que logró, en cierta oportunidad, participar del comité organizador, en aquella trágica edición en que se les descontó el 13% del salario a los obreros élides, la misma que debió ser suspendida cuando el cuestionado Presidente del Comité huyó montado en un ave fénix frente al descontento público originado por la impopular medida de recortar el número de competencias. También se afirma que en la penúltima oportunidad en que asistió, logró perpetrar su audacia ocultándose en el séquito de  μικρή πασχαλιά.

μικρή πασχαλιά. Afamada pitonisa, sacerdotisa conocida como Pequeña Lila o, simplemente, Lilita. Según nos relata el estudioso de los fenómenos paranormales Daniel Sabsay, su más grande récord consiste en jamás haber acertado un solo de los muchos pronósticos que lanzó en su carrera. 


Hay quienes atribuyen el hecho a haber sufrido en su juventud reiteradas y graves intoxicaciones por la masiva ingestión de queso de cabra, yogur griego, aceitunas, pasas diversas,  la carne de 4 piernas de carnero fermentados en trigo burgol, todo regado con abundante vino de Tanais y coronado con generosas porciones de ambrosía y  aguamiel. Sin contradecir el hecho, hay quienes sostienen que a ello debe atribuírsele la característica ciclópea de su aspecto físico, pero que nada tiene que ver con su incapacidad predictiva, a la que consideran una mera burla de los Dioses. 

Lo cierto es que sus reiterados desatinos enfurecieron a la colectividad de apostadores de los juegos, quienes impulsaron su ostracismo, logrando el 98,16% de adhesiones a su postura.  La condena fue durísima: hasta que culminasen las celebraciones Olímpicas debía exiliarse en Phasis (hoy Poti en Georgia), colonia griega más oriental a orillas del Euxenios Pontos (por lo que era llamada  άκρο αυτού του -Punta del Este-).  Antes  de partir proclamó: “volveré pronto, no hay juegos que duren mil años”. Desde su exilio se dedicó a organizar un movimiento  panhelenístico de resistencia cultural pacífica, que la historia recupera como el antecedente ideológico de mayor peso  del que se valiera San Ambrosio de Milán para convencer al emperador Teodosio I de prohibir los Juegos por paganos en el año 393 DC (1169 años después del primer registro histórico de su celebración). 




Otros augurios famosos: la derrota definitiva de los helenos en las guerras médicas; la recomendación personal sobre la lealtad de Efialtes de Tesalia a Leonidas; el fin del esplendor griego si Pericles accedía al poder en Atenas;  “¡Ese Alejandro ni cruza el Helesponto!”; "El mundo se reirá de nosotros si contratais a ese burdo picapiedras de Fidias".