martes, 13 de noviembre de 2012

Clarín dice: el 8N es mío y de nadie más.



El post anterior terminaba así “Ahora la posibilidad del diálogo con los cacerolos es aún más distante, no sólo carecen de un reclamo uniforme, carecen de una representación propia (formal o informal), también explicitan que no se sienten representados por NINGUNO de los referentes políticos opositores. Más que una debilidad, un singular logro de Magnetto y sus socios antipolíticos, pero esto, para otro día”.


Lo que sugería era que el Monopolio ha construido estas movilizaciones, repiqueteando un discurso útil a sus propios intereses que ha horadado consciencias. No hay que ser demasiado lúcido para darse cuenta que, la inmensa mayoría de los cacerolos a los que se los increpó con un micrófono, repetían como autómatas la agenda y las críticas de Clarín, e incluso, que eran incapaces de elaborar un discurso que respalde las categóricas afirmaciones que vomitaban. Recurrentemente se escuchaba, como razón última, los dichos de la prensa a los que se elevaba a la categoría de verdad revelada e infalible.

En ese ámbito de endeblez analítica, poco importaba que colisionen frontalmente el cartel “respeten la constitución” con la pretensión destituyente de “andate ya yegua” de su portador. O que el mismo “demócrata” que reclamaba por la  libertad de expresión cercenada por los fascistas, no encontraba contradicción alguna con  emprenderla a golpes y puteadas contra cualquier movilero sospechoso. 

El consignismo irracional imperante probaba, decía, una fina colonización ideológica, no elaboraba con el fin de construir una alternativa política, sino son objetivos bastante más egoístas e inmediatos: la preservación de la hegemonía discursiva que aún conservan los imperios mediáticos, y, obvio, la conservación de sus instrumentos de penetración amenazados por el fatal 7D. ¿Por qué habría Magnetto que compartir esta acumulación? Notemos este detalle: los referentes políticos convocados a los estudios televisivos de manera inmediata al acontecimiento, no fueron entrevistados a efectos de que desplieguen sus propuestas superadoras con la finalidad de atraer la atención de los movilizados reclamantes… nada de eso, fueron invitados a analizar y elogiar el logro convocante de Magnetto.

Notemos también que los cacerolos casi unánimemente aclararon que no se sienten representados ni convocados por ninguna de las espadas de la oposición. “Que se vaya” “¿Y que venga quien?” “NO SE” fue el tenor recurrente de las entrevistas, esquema coincidente con las urgencias del monopolio. Y fiel reflejo de sentido de la “no construcción”: por un lado amenazar con la destitución e intentar condicionar la acción de gobierno, por el otro, contraponer a la política la antipolítica, y de ese modo condicionar también a los aspirantes a la sucesión presidencial del sector “NO K”. Si el monopolio mediático lograra su objetivo, no sólo se sacaría de encima el actual gobierno, sino que embretaría al futuro. Por eso mensualmente encarga encuentas nacionales donde se mide la credibilidad del gobierno, contrapuesta a la credibilidad del grupo o de alguno de sus actores (Larrata Gorda, para ser más específico). 

Si bien todo esto era una suposición el viernes pasado, hoy fue explicitado por Clarín mediante una encuesta: Efecto 8N: para el 49%, la marcha no fortalecerá a la oposición. Lo asegura una encuesta nacional”

¿Qué parte no entendiste? Te lo explican para que no te hagás los rulos: Si la oposición se entusiasmó con la contundente movilización del jueves pasado contra el Gobierno, algunas voces advierten que no deberían caer en la desmesura: según una encuesta nacional, realizada al otro día de la protesta, el 49% de la gente cree que la marcha no los fortalecerá. El 30,6% considera que sí y el 20,4% no supo o no quiso responder”. En la lucha por el poder real planteada por los monopolios (no sólo de prensa, sino también económicos y financieros) se deja más que claro que “los políticos” son actores secundarios, de reparto, y que serán sometidos también a los efectos de la manipulación de las masas. 

Durante la campaña del 2007, Lilita Carrió solía abrir el paraguas “a mí no me interesa el poder” decía en un intento de no malquistarse con los que cortan el bacalao. Parece ser que se está haciendo saber que esta explícita renuncia a utilizar la política como herramienta transformadora, deberá ser el eje central del discurso de cualquier timorato opositor que pretenda gozar de las mieles de comentarios elogiosos del Grupo que les permita introducirse en la competencia electoral. 

Ahora, hay una cosa que me desvela: no parecer materialmente posible que Clarín pueda salir incólume de este proceso, no, al menos, partiendo de la base de que aún le restan a Cristina más de 3 años de mandato. ¿Cuál sería el escenario institucional propicio que está imaginando para garantizar sus intereses? Digo, porque aún en el supuesto extremo de renuncia, y dada la composición actual de las Cámaras, ninguna de las previsiones sobre acefalía pareciera servirle, salvo llevarse puesta a la democracia (el voto popular es un riesgo que racionalmente no podrían asumir), a la república y a la constitución.

Ojo, acá hay gente que está pensando muy feo.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabés qué es lo que tiene al poder económico y mediático fuera de quicio? Simplemente, la falta de capacidad, de vocación y de costumbre para respetar una democracia popular durante casi una década. La carencia de recursos para seguir operando en un escenario en el que la real agenda y los cambios los fija EL GOBIERNO.
Pero lo que resulta innegable es el gravísimo forúnculo en el alma constituído por la RE-ELECCION de Cristina el 23 de octubre del año pasado. No contaban con eso. Habían creído las imbecilidades del "fin de ciclo K". Como el gordo mercenario al que se le congeló la bilis cuando tuvo que tragarrrr y anunciar el TRIUNFO DE CHÁVEZ.
Y una parte importante de los caceroludos también está en esa línea de "falta de costumbre" para digerir un sistema nacional y popular en el que, en contra de sus principios de exclusividad, son asimilados a una masa popular, mal que les pese.
El verdadero fin de ciclo corresponde al Grupo Clarín, de otra manera el ceo no se hubiera expuesto a la intemperie para graznar sus maldiciones.

Faltan 24 días para el 7D.

Saludos
Tilo, 71 años

A.C.Sanín dijo...

Están pensando muy feo, sí. Y me temo que en torno al 10D volverán a tensar la cuerda, cuando el Ejecutivo avance “de oficio” en la aplicación de la Ley de Medios, forzándolos a adecuarse. ¿Cablevisión o Canal 13? ¿Decide la AFSCA que se licita la señal de TV abierta? Y, mientras eso sucede, ¿la “apaga“? ¿Multitudes caceroleras en la puerta del Canal, televisadas por TN? Un escenario complicado, salvo que -¡otra vez!- la pelea se instale en el Poder Judicial, tan colonizado por el Grupo.

Luis Quijote dijo...

¿Quien dijo que los "indignados" locales no tienen sus consignas?
¿Tan' loco' ustede'?

Afané y extracte un artículo y lo publiqué como:

El programa de los caceroleros

Ojo: No es autobombo porque confesé que no laburé haciendo el análisis. Solo comprimí y resalte algunos términos.