jueves, 11 de diciembre de 2014

Democracia y DDHH - ¿hasta cuando, Catilina?

Hoy se conmemoran dos eventos estrechamente entrelazados entre sí: el retorno a la democracia (1983) y la sanción por la Asamblea de la ONU de la declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Tan unidos que es imposible concebir al uno separado del otro: no existe democracia sin plena vigencia de los DDHH (que nos aproximan a la democracia real); ni pueden realizarse plenamente los DDHH sin democracia*.

Rengueando a veces, corriendo en otros momentos, cuando no reculando, venimos transitando ese camino en la Argentina durante el más largo lapso registrado en nuestra historia.

Y para conmemorar tan caros acontecimientos, nada mejor que recorrer algunas recientes digresiones de pensadores actuales, formadores de opinión o líderes políticos, que nos permiten establecer con claridad en que punto estamos del camino. A saber:





Mary Anastasia O'Grady: “Cristina Kirchner apunta a los militares por venganza. La Presidenta lleva a su país por el sendero iliberal al negarles su debido proceso a unos 1600 prisioneros que eran miembros de las fuerzas armadas o la policía en los años 70… Nadie duda que hubo graves violaciones a los derechos humanos en Argentina por ambos lados cuando los militares intentaron contener el terrorismo inspirado en Castro que sacudió el país en los años 70. La moralidad, la reconciliación nacional y la estabilidad de la república requieren que los responsables sean llevados a la justicia. Pero Kirchner no busca justicia. Quiere venganza por las pérdidas que los militares le causaron a la izquierda, con la que simpatiza.”  6/4/2014 - The Wall Street Journal 

Nota Editorial “AL ENEMIGO NI JUSTICIA… NI DERECHOS HUMANOS”: “El maltrato a los presos de edad avanzada en causas vinculadas con la lucha contra la subversión es la manifestación más clara de haber trocado justicia por venganza… Cada uno de los ancianos es un poco "todos los hombres". Poco les importa, en lo personal, la cárcel, el maltrato, la enfermedad y la muerte. Los que más sufren son los familiares de los detenidos en las condiciones mencionadas. Cada persona mayor en prisión, detenida en forma injustificada, procesada por un tribunal político, no sufre en sí misma esa privación de su libertad, sino que la decisión se dirige primordialmente contra su grupo familiar, ajeno a las acusaciones vertidas, pero directamente afectado por el castigo dispuesto por quienes encontraron en sus padres, sus hermanos o sus abuelos, una oportunidad de ganar aplausos y adhesiones políticas a través de sus sacrificios en el falso altar de los derechos humanos”. La Nación, 20/11/14.

Miguel Bonasso: (el Kirchnerismo) al apropiarse y estatizar los derechos humanos, le ha causado un daño incalculable’ a esa lucha. ‘Figuras que para nosotros en el pasado resultaban inalcanzables porque no pertenecían a ninguna facción política, como por ejemplo Hebe de Bonafini, han quedado comprometidas, selladas con la marca K en el orillo. Significa una devaluación de los organismos de derechos humanos, que fueron los que más lucharon contra la dictadura… en Argentina se han logrado avances que no se lograron en otros países de Latinoamérica que también padecieron las dictaduras, como Uruguay o Brasil’. Sin embargo, consideró, eso ‘no es producto solo del Gobierno de Kirchner, es todo un proceso histórico’.” Entrevista en Infobae TV, 6/12/2014.

Jorge Lanata: “Yo estoy de acuerdo con una ley de medios teórica, como la que hubo en Argentina, sí, pero con lo que hay ahora, no. La que hicieron no fue para controlar eso (los monopolios). Los K hacen algo impresionante, siempre te proponen buenas intenciones de pluralismo pero debajo siempre hay otra cosa… ¿Clarín estuvo con la dictadura? Sí. Porque todos los argentinos estuvieron con la dictadura. La dictadura la quieren describir hoy como si fuera que vinieron cuatro tipos en un plato volador y juzgaron a un montón de argentinos honrados, pluralistas y democráticos. No es así. Nadie mata a 30.000 personas si la población no está de acuerdo. En algún lugar, por omisión o acción, la gente estuvo de acuerdo con lo que pasó. ¿Los grandes medios apoyaron a los militares?, sí… La generación del 70 (que tenía ideas revolucionarias, socialistas y comunistas) es un grupo de inescrupulosos, que se creen mejores que la gente (…). Gran parte de los problemas que tenemos hoy en Argentina son por culpa de esa generación. Fue una generación que nos cagó. (…) Unos viejos de mierda.” Entrevista para Diario de las Américas (Miami) 7/12/2014. 

Mauricio Macri:  “Ahora los derechos humanos no son Sueños Compartidos y los "curros" que han inventado. Con nosotros, todos esos curros se acabaron.”  Entrevista al Diario La Nación, 8/12/2014. 

Por supuesto que puede ponerse en duda si la calaña de las opiniones aquí transcriptas (los links conducen a las notas completas) refleja o no una opinión mayoritaria en la sociedad argentina. Puede que no, aunque hay que reconocer que si un presidenciable como Macri se anima a expresarlo, lo es en base a un cálculo que arrojaría que una buena porción del electorado está dispuesta a aplaudirlo o, al menos, a suponer que tal opinión carece de trascendencia alguna en su vida. Porque nótese que para ejemplificar los “curros” menciona la “Misión Sueños Compartidos”, pero nada dice del emprendimiento similar que lleva adelante Cáritas, ¿será también otro curro a la vista del resonante escándalo (no solo amoroso) que protagonizó su ex titular Bargalló**. 

¿Serán también curros los programas de capacitación docente para la promoción y educación en derechos humanos? ¿y los planes de aproximación barrial a la justicia? ¿las campañas sobre educación sexual, o los programas de atención gratuita a enfermos de SIDA y enfermedades crónicas? ¿y la AUH? ¿las propuestas inclusivas de adultos a la educación? ¿los planes de viviendas sociales y urbanización también serán puestos en la mira? ¿lo serán los nuevos paradigmas inclusivos impulsados de niñez, adolescencia, mujer, personas con discapacidad, minorías culturales o por opción sexual? Pregunto, porque todos los mencionados (y muchos más) cuestan dinero, involucran a miles de personas que trabajan en ellos, diseñándolos, ejecutándolos o promoviéndolos, y están vinculados estrechamente con el ejercicio de derechos humanos… y los “inventaron” durante la gestión K.

Sería una pena que fueran desechados por su carácter de curro. Cada vez que uno ve como algunos reaccionan indignados (sugestionados por el manijeo televisivo) porque a un preso se le debe pagar lo mismo por su trabajo que a cualquier trabajador,  o cuando se menosprecia la posibilidad que se les brinda a jóvenes de terminar su ciclo de educación formal, o cuando consideran que es un subsidio a la haraganería la AHU, o desprecian las potencialidades de “Conectar Igualdad”, o cuando se rasgan las vestiduras por cualquier derecho o reparación que se le reconoce a cualquier persona que ha sido históricamente discriminada, perseguida o excluida, uno nota cuan necesarios son esos curros y cuanto les falta hacer. Ni hablar cuando la jauría se lanza a justificar la pena de muerte, el gatillo fácil, o la ley de linch.

Tan necesarios como las políticas de memoria, verdad y justicia, y obviamente, los juicios y las condenas a los genocidas.

Pareciera que algunos sectores estarían más predispuestos a perdonar o a olvidar a los responsables de las catástrofes económicas, culturales y sociales que sufrió el país, que a tolerar que se les preste algún tipo de especial atención a las principales víctimas. Y así se propala desde La Nación, intentando motivar una pena generalizada hacia quienes padecen la venganza (no la justicia) por asesinar, desaparecer, violar, secuestrar, torturar, robar, apropiarse de bebes... No es cuestión de culpar al diario de Mitre… es de bien nacido agradecer por los servicios prestados y por los Papeles Prensa apropiados.

Y para eso es necesario sensibilizar a una población inmersa en el consumismo materialista, o en el idealismo de una sociedad mas equitativa… después de todo, los subversivos setentista fueron tan culpables como los militares, ya lo dijo Tróccoli cuando enunció en 1984 la “teoría de los dos demonios”***, y lo suscribe ahora con vehemencia Lanata… sin dejarnos de recordar que, si Clarín y La Nación apoyaron (impulsaron y encubrieron) a la dictadura genocida, y si la dictadura fue genocida, no fue por otra cosa que porque todos nosotros se lo pedíamos. Notable sofisma el de Lanata… olvida que desde 1955 (desde 1930 y antes, incluso), la prensa argentina y sus empleados jugaron un papel fundamental justificando ante los ojos de la sociedad los Golpes de Estado y toda todo tipo de tropelía ejecutada en beneficio de las clases dominantes… Yo no tengo poder, dice Lanata en otra parte de la entrevista, o en todo caso no lo ejerzo, como si no fuera consciente del efecto que sus stand up inconsistentes perpetran. 

Lamentablemente si Macri termina con los curros de los DDHH, todo lo (poco aún) logrado con la Ley de Medios se diluirá, tal vez en la ley de cotillón, teórica, no práctica al punto de afectar los intereses monopólicos dominantes, esa por la que aboga Lanata. Porque alcanzar su objetivo de multiplicar voces y garantizar el acceso a la información necesita de dinero y esfuerzo, de dedicación e inversión que no ha de ser gratuita. Difícilmente cruzará el éter o se imprimirá la primer catilinaria contra la abusiva hegemonía mediática y cultural, aquella que dice “¿Hasta cuándo, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada audacia tuya?”…

Porque, insisto, los curros en derechos humanos son necesarios, y a diferencia de lo que cuestiona Bonasso, el Estado debe apropiarse de las políticas de DDHH, y el Gobierno no es una Facción Política, es la expresión de la ciudadanía en la composición del Estado. Quizás cuando Macri gobierne, y elimine los curros, Bonasso comprenda lo que digo, vea que ese “proceso” del que habla solo puede profundizarse mediante la decisión política de un gobierno, y que, como todo proceso histórico, puede terminarse, e incluso revertirse. Y que es de bien nacido (así como La Nación defiende a los dictadores que preservaron y ampliaron sus privilegios) apoyar a los gobiernos que asumen, impulsan y hacen efectivos los mismos principios y derechos que predicamos y por los cuales reclamamos.
  




* Democracia real no es necesariamente sinónimo de democracia liberal burguesa o democracia formal. Democracia real implica (además de una forma de vida, una forma de interrelacionamiento humano en la sociedad, basados en el pluralismo, la convivencia pacífica y la libertad), la democratización de la riqueza, la cultura, la información y el poder.

** Sin ninguna intención de sembrar sospechas, sólo la de denunciar la hipocresía de la distinta vara con que se mide a una organización popular solidaria y a una dependencia eclesial.


*** Para Troccoli, la sociedad argentina consintió el golpe, pero repudió la metodología represiva, para Lanata, la metodología represiva fue convalidada por la sociedad. “En su introducción, Tróccoli legitimó a la CONADEP, calificando de “patriótica” su tarea, pero de inmediato advirtió que su relato no comprendía la historia completa de la violencia al señalar que "la otra cara se inició cuando recaló en las playas argentinas la irrupción de la subversión y el terrorismo alimentado desde lejanas fronteras”. Su proyecto, añadió, “basado en el terror con una profunda vocación mesiánica [...] terminó desatando una orgía de sangre y de muerte”. Reconoció que “muchas generaciones fueron atraídas por estos proyectos” pero pese a ello aseveró que la sociedad “se vio conmovida y sorprendida por esta violencia [...] y reclamó su erradicación y el ejercicio de la autoridad al Estado”, pero “lo menos que podía presuponer era que el propio Estado iba a adoptar metodologías del mismo signo, tan aberrantes como las que acababa de impugnar y que habían sido utilizadas por la subversión y el terrorismo”. De este modo, retomaba el discurso castrense al identificar a la subversión como extraña y externa a la sociedad argentina la cual había demandado su erradicación. Pero, a diferencia de aquel discurso, la “sociedad” era de nuevo sorprendida por la respuesta estatal, también ajena a sus valores”. NUNCA MÁS. LA INVESTIGACIÓN DE LA CONADEP EN LA TELEVISIÓN -Emilio Ariel Crenzel - UBA/ CONICET (Argentina), para Questión, revista especializada en periodismo y comunicación – Fac. Periodismo y Comunic. Social - Univ. Nac. De La Plata.


5 comentarios:

Julia dijo...

miguel bonasso piso la banana mal, Yo lo vi que se venía en falsa escuadra,
se ladeaba, se ladeaba por el borde del fangal!..
Los otros son esperables , justo hoy se conoce el supuesto informe de los enfermos del norte, así que no nos robaran la alegria de estos 31 años de democracia, 7 años de cris-pasión, etc etc( dicen que hay mas páginas tachadas que liberadas)
salute y chin chin,

profquesada dijo...

Muy buen post Rucio, esa ofensiva contra la política de Memoria, Verdad y Justicia que es alabada en todo el mundo está bajo ataque nuevamente y de forma notoriamente recargada. Hay mucho de electoral en ello, como claramente advertís, pero yo no le tengo miedo a la polarización, si a la tibieza, a pretender juntar el agua y el aceite, a la verdad con la mentira, a la honestidad con la manipulación.

Anónimo dijo...

"Porque, insisto, los curros en derechos humanos son necesarios..." by Ruccio.

Anónimo dijo...

Eccelencte tíctulo para Cclarín!

Anónimo dijo...

Segimos titulando:
A diferencia de lo que cuestiona Bonasso, el Estado debe apropiarse de las políticas de DDHH.